En su viaje a Estrasburgo, el pasado 25 de noviembre, el Papa Francisco pronunció sendos discursos al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa. Han sido muy comentadas sus referencias a los inmigrantes (“No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”), a los pobres, a la necesidad de políticas solidarias. Pero el Pontífice no se quedó en la superficie de las evidencias, sino que ofreció un diagnóstico más profundo sobre los problemas de las
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