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¿Y qué fue de los que amenazaban a España?

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Liberada del azote terrorista la amplia zona sirio-iraquí que cayó bajo el Estado Islámico (EI), no hay que dar por finiquitados a los radicales. “Se apuntan diásporas de muchos de estos individuos a sitios como Libia y Mali –señala el analista José María Gil Garre–. Se sospecha que muchos de ellos han podido reubicarse allí al huir de Iraq y Siria. Hay que decir que este es un fenómeno resiliente, y ello radica en su capacidad de cambio”.

​Gil Garre, codirector del International Security Observatory, ha interactuado, vía redes sociales, con ciertos personajes pintorescos que muchos iraquíes y sirios tuvieron la triste ocasión de conocer personalmente: terroristas –algunos de nacionalidad española– que se largaron a esos países al son de las victorias que el Estado Islámico lograba en el terreno hace pocos años, ante la impotencia de las autoridades sirias, la cobardía del ejército iraquí y la estupefacción o indiferencia de los grandes actores globales.

Luego de que el cuasi-Estado criminal que los yihadistas plantaron en Oriente Medio se viniera abajo, preguntamos al experto qué ha sido de aquellos malhechores, incluido uno, Mohammed Ahram Pérez, el Cordobés, que aparecía amenazando a los “cristianos españoles” por la “sangre de los musulmanes”, derramada, según él, por la Inquisición española:

“Los niños no han sufrido un proceso de radicalización, sino que los han convencido de que eso era lo correcto. Hay que trabajar mucho con ellos”.

“De aquellos con los que interactué –dice–, algunos han muerto como consecuencia de los combates con la coalición. Estoy pensando ahora mismo en Mohammed Hamduch, que se hacía llamar Kokito Castillejos, que aparecía degollando, decapitando o crucificando a personas. Este murió después de conseguir que una chica española, Asia Ahmed, natural de Ceuta, se fuera a unirse con él a Siria, donde tuvo un hijo, español desde luego, al ser hijo de española. Cuando murió Castillejos, esa chica se relacionó con otro yihadista y quedó embarazada. También murió ese terrorista, y la joven fue detenida por las autoridades turcas y entregada a España. Está aquí en la cárcel”.

“Otras de estas personas, como Tomasa Pérez y su hijo, Mohammed Ahram Pérez, uno de los cinco que se llevó a Siria, de momento están allí. Según las últimas informaciones que han comentado fuentes abiertas, Mohammed, que apareció reivindicando en nombre del Daesh los atentados de Barcelona, se encontraría herido, impedido de movilidad, en silla de ruedas. Pero no he podido contrastarlo”.

“Posteriormente he hecho interacciones con otros perfiles, vinculados a grupos o personas que habrían retornado o estarían por retornar a Europa, o a Marruecos. En estos momentos, los retornados suponen una preocupación muy intensa, pues entre ellos encontramos diferentes tipos: hay individuos que vuelven frustrados; otros, que vienen muy alterados por todo lo que han visto, y otros que están reforzados en su intención. Por lo tanto, enfrentamos un momento de metamorfosis del fenómeno, que se va a mantener independientemente de que las estructuras pseudomilitares y pseudoestatales del Daesh puedan desaparecer allí a consecuencia de las acciones de la coalición”.

Según el experto, esos retornados “suponen un peligro muy marcado, tanto para el conjunto de Europa como en particular para España”. En igual sentido se manifiesta Manuel Gazapo Lapayese, director del ISO: “El problema de esto es que aumenta el riesgo de atentados low cost o coste cero, así como el peligro de radicalización. La mayoría de los que regresan son una bomba de relojería, y pueden acabar captando a otros individuos que estén en fase de adoctrinamiento, y cometiendo atentados en suelo europeo, lo cual animaría el efecto imitación”.

“Hombres y mujeres son igual de peligrosos”

Sobre el tema de las mujeres que acompañaron a sus novios o esposos a enrolarse en el Estado Islámico y que ahora vuelven, un reciente informe de Frontex señala que unas mil emprendieron ese camino y que, dada la insuficiente información, se hace difícil determinar qué papel desempeñaron en las filas del grupo terrorista. El intento de atentado con coche bomba contra la catedral de Notre Dame de París, en septiembre de 2016, ilustra, sin embargo, que las militantes yihadistas no le hacen ascos a jugar duro cuando se trata de ir contra los “infieles”:

“Enfrentamos un momento de metamorfosis del fenómeno, que se va a mantener aunque las estructuras pseudomilitares y pseudoestatales del Daesh desaparezcan”

“Hombres y mujeres son igual de peligrosos”, explica Gazapo Lapayese, para quien habría que estudiar caso por caso. Uno de los que menciona es muy notorio: el de la francesa Emilie König, activa difusora de contenidos terroristas en la web y una de las dos únicas mujeres que EE.UU. y la ONU tienen en una lista de personas objeto de sanciones. König, a quien Francia no tiene el mínimo interés en reclamar, está prisionera de los kurdos en Siria, donde se unió con un terrorista y tuvo hijos.

“No se puede hacer distinción en cuanto a sexo –señala el experto–. Evidentemente hay que prestar atención a los hijos de estos retornados y, como se está haciendo hasta ahora, el principal método de actuación es, según vuelven con sus padres, separarlos de estos y comenzar un proceso de reinserción. Los niños no han sufrido un proceso de radicalización: han nacido allí o los padres los han llevado con ellos a la zona de conflicto, por lo cual, su proceso es de convicción: los han convencido de que eso era lo correcto. Hay que trabajar mucho con ellos”.

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