Lina Soualem, cineasta: “Quiero ver películas donde los árabes representemos todo tipo de roles e historias”

publicado
DURACIÓN LECTURA: 6min.
La directora Lina Soualem, durante el rodaje de una de sus películas

Bye Bye Tiberias fue la película escogida para representar a Palestina en los Premios Oscar 2024, y ganó el premio al mejor documental en el Festival de Cine de Londres (BFI). Su directora, la franco-palestino-argelina Lina Soualem, defiende un cine que huya de clichés y estereotipos y que ayude a entender la pluralidad y complejidad del ser humano, y su papel en la Historia y en el mundo. 

Lina Soualem (París, 1990) es una directora de cine y actriz que lleva el séptimo arte en la sangre. Su madre es Hiam Abbass, probablemente la actriz palestina más famosa del mundo, a la que hemos podido ver en títulos como Los limoneros, Zona libre, The visitor o más recientemente en Gaza, mon amour. Su padre es Zinedine Soualem, un prolífico actor francés de origen argelino. 

Lina es, por lo tanto, y como tantos otros franceses, testigo de primera mano de lo que significa la fusión de culturas, lo sustancial de las raíces, la importancia de preservar la memoria o la dureza del exilio. Licenciada en Historia y Ciencias Políticas por la Universidad de La Sorbonne, su filmografía como directora es breve todavía, pero contundente: dos documentales en los que indaga en las raíces paternas y maternas. En el año 2020, Soualem se inició en el cine de no-ficción gracias a Leur Algérie (Su Argelia), un largometraje donde explora en los recuerdos de sus abuelos paternos, Mabrouk y Aicha, que emigraron desde su Argelia natal a Thiers (Francia) hace más de 60 años. Esta historia a la vez íntima y universal refleja el desarraigo de cientos de miles de argelinos que abandonaron sus hogares para vivir en una tierra en la que no eran considerados ciudadanos de pleno derecho. “Mis películas me han ayudado a entender mejor la experiencia que mis familias vivieron como exiliadas, saber quiénes eran como hombres y mujeres y no solo por su condición de padres, tíos o abuelos. Y esto nos ha acercado emocionalmente”. 

Bye Bye Tiberias (2023), su segundo documental, recoge el viaje que Lina realizó con su madre a Deir Hanna, el pueblo de Galilea donde creció y que años más tarde abandonó para hacer carrera en la gran pantalla. En el reportaje, madre e hija exploran las vivencias de las mujeres de la familia que, como consecuencia de la ocupación israelí, aprendieron a dejarlo todo atrás y a empezar de cero. La película debe su nombre a la localidad de Palestina donde residían los Abbas antes de ser expulsados por tropas sionistas en 1948. “Reconstruir la historia de mi bisabuela, mi abuela, mi madre y mi tía fue todo un reto, porque es un relato que el exilio y el desplazamiento rompieron en pedazos”, explica Soualem. 

En Bye Bye Tiberias, la cineasta recrea un mosaico con esos pedazos del pasado y del presente a través de archivos históricos, fotografías, vídeos, cartas, poemas y textos escritos en primera persona, con los que conecta lo íntimo y lo colectivo. 

“Saber que nuestra memoria está inmortalizada y que existe en el espacio público nos alivia mucho como palestinos y nos da confianza porque en general estas historias son marginalizadas, invisibilizadas o estigmatizadas”, confiesa. 

Dos maneras de enfrentarse al pasado

Las dos películas de Soualem reflejan las diferencias en la forma en que cada familia ha abordado su pasado. Mientras del lado argelino se mantuvo el silencio para sobrevivir y superar el trauma del exilio, por la parte palestina se transmitía la historia de una generación a otra para seguir viviendo frente al sufrimiento. “Yo me preguntaba: ¿por qué tengo tan poco conocimiento sobre la historia de una de mis familias, mientras de la otra sé tanto? En las dos había dolor, pero sentía que no lo afrontaban de la misma manera. Y sabía que esta dicotomía no era solo algo personal, sino también colectiva”. Esto hizo, comenta, que la forma de escribir los guiones fuese diferente: si en Bye Bye Tiberias reunió pedacitos de historias, en Leur Algérie tuvo que partir del silencio para contar algo de lo que no hay palabras, “fue como hacer visible lo invisible”. 

“¿Por qué consideramos que una historia de amor en Finlandia, por ejemplo, sí es cine universal y una historia de amor de dos argelinos en París, no?”

Frente a este mutismo, el cine ha sido para ella un instrumento para encontrar su voz y conocerse mejor: “[el cine] me ha dado fuerza como mujer y como árabe viviendo en Francia, con mis orígenes argelino y palestino. Y necesitaba hacer esto para poder moverme en la sociedad en la que vivo”. Soualem forma parte de una nueva generación de creadores que trabajan por una industria audiovisual más plural y diversa, que refleje la complejidad de las personas y huya de estereotipos: “En Francia se sigue representando a los norteafricanos –argelinos, tunecinos y marroquíes principalmente– bajo una mirada colonial. Si queremos dejar de ser estigmatizados, es necesario que guionistas y directores de esos orígenes podamos contar y dirigir nuestras propias historias”, apunta. 

Historias universales

Escribir sobre una familia magrebí al uso, sin sus clichés asociados, puede resultar una quimera en una industria que te dice que esa “no es una historia universal”. “¿Y qué es la universalidad?”, se pregunta Soualem. “¿Sólo cuando una familia europea blanca protagoniza la historia nos podemos sentir identificados con ella? ¿Por qué consideramos que una historia de amor en Finlandia, por ejemplo, sí es cine universal y una historia de amor de dos argelinos en París, no?”.

Esta mirada se hace más evidente en el caso de las mujeres árabes, habitualmente reducidas a dos modelos dicotómicos tanto en el cine como en los medios de comunicación: una religiosa y sumisa, muchas veces velada, opuesta a una moderna, progresista, que lucha por alcanzar el “sueño europeo”. Para la directora, este binarismo no es real: “cuando empecé a construir Bye Bye Tiberias, viendo los archivos familiares, entendí que la realidad de las mujeres [árabes] de mi entorno no se corresponde con los roles y papeles que les asignan en el cine. Así que escribir sobre ellas y escapar de esas representaciones fue algo que busqué de forma natural”. 

El simplismo en la caracterización de estas comunidades contribuye a su deshumanización, un fenómeno ligado a la historia reciente del pueblo palestino puesto que, en palabras de  la relatora especial de la ONU para Palestina Francesca Albanese, ha sido “estigmatizado como enemigo de la sociedad israelí”.

“Muchas veces siento que tengo que demostrar que los palestinos son personas tranquilas y de paz. En la presentación de Bye Bye Tiberias en las salas, he llegado a escuchar comentarios como: “ah, se ve que hay mucho amor en la familia”, como si fuera algo extraordinario y no natural. La deshumanización nos fuerza a tener que responder preguntas absurdas y probar constantemente nuestra dignidad humana”, denuncia Soualem. Como resultado, muchas veces se ve obligada a contextualizar hechos históricos y políticos, cuando ella lo que quiere es crear desde la libertad: “el problema es que la gente considera que puede preguntar una cosa y obtener una respuesta, como si pudiéramos resumir en eso la historia de todo un país o un pueblo”, aclara. “Además, esto lo que hace es simplificar y negar la heterogeneidad de las sociedades árabes, su riqueza y su diversidad. No hay una sola opinión, una sola pregunta, o una respuesta única. Hay millones de personas que tienen sus propias luchas personales, dentro de luchas colectivas, que pueden ser críticos con sus propios gobernantes, como todo el mundo”. 

* Bye Bye Tiberias podrá verse a finales de mayo en el Festival de Cine Africano de Tarifa | Tánger (del 24 de mayo al 1 de junio)

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.