2023, el año clave para los proyectos de Gustavo Petro en Colombia

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Foto tomada de la cuenta de Twitter de Gustavo Petro

 

Barranquilla.— El 7 de febrero se cumplen los primeros seis meses del mandato de Gustavo Petro en Colombia. Es el primer presidente colombiano abiertamente de izquierdas en el siglo XXI. Su agenda está enfocada en la lucha contra el cambio climático, la protección de los recursos naturales y una fuerte inversión en programas sociales. Nombramientos de personas cuestionadas para cargos en embajadas y diferentes Ministerios, protestas en contra y manifestaciones de apoyo, pero sobre todo, un ambiente expectante por los grandes proyectos de un gobierno elegido con las banderas del cambio y la justicia social, han sido la constante estos primeros meses.

La reforma tributaria como proyecto bandera

El primer gran proyecto legislativo de Petro fue la reforma tributaria, impulsada tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado por las fuerzas aliadas a su partido. Esta reforma, liderada por el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, busca recaudar cerca de 20 billones de pesos (unos 4.136 millones de dólares) para ser invertidos en programas sociales.

Las principales fuentes de recaudo de esta reforma se centran en la tributación de las empresas y la renta de personas naturales con ingresos superiores a los 13 millones de pesos mensuales (cerca de 2.600 dólares), así como el aumento de impuestos al sector de los hidrocarburos. De igual manera, se crean otros tributos como el dirigido a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, que son presentados como una medida en favor de la salud de la población. Además, se contemplan otros recaudos y reformas en las exenciones tributarias.

La reforma entró en vigencia en enero de este año, tras un aumento de la inflación hasta el 13,12% anual, especialmente en los sectores de alimentos y bebidas no alcohólicas, al igual que en servicios domésticos. Esta alza pondrá a prueba la reforma tributaria, pues al aumentar el costo de vida, se sentirán aún más los nuevos incrementos en las tasas e impuestos a diferentes elementos de consumo de la población.

El gobierno Petro busca una transformación radical del sistema de salud: pasar de un modelo público-privado a uno sobre todo público

Un proyecto para la sanidad que tiene en alerta roja al sector

El sistema de salud colombiano tiene una cobertura del 99,12%. En 1995, la proporción llegaba apenas al 30%, pero en 27 años, con una popular reforma denominada la Ley 100, el sistema de Colombia se ha convertido en uno de los más eficientes de América Latina y con una de las tasas de cobertura más altas del mundo (con atención gratis para las personas de escasos recursos, en las mismas condiciones de quienes aportan económicamente al sistema). A pesar de esto, algunos sectores consideran que, gracias a las dinámicas de su carácter mayoritariamente privado, descuida aspectos fundamentales como la promoción y la prevención.

Es por esto que el gobierno de Petro y su ministra de Salud, Carolina Corcho (reconocida activista crítica del actual sistema), se han propuesto hacer una reforma radical. La ministra plantea dejar atrás el modelo que mezcla un aseguramiento privado y público, para pasar a un sistema de salud pública donde se dé prioridad a la atención a las personas en todas las regiones (urbanas y rurales) y se eviten los intermediarios contratados para prestar los servicios de salud.

Sobre esta reforma se han lanzado innumerables alertas y críticas. Y el gobierno de Petro ha hecho más esfuerzos para legitimar la reforma en escenarios internacionales que en el interior del país, donde aún no se tiene claro su alcance. Razón por la cual muchos médicos y expertos se muestran preocupados. Según una encuesta realizada por la firma Invamer, el 63% de los encuestados aseguró no estar de acuerdo con eliminar las EPS, las empresas a través de la cual opera el sistema actual, al que el 73% calificó como aceptable.

Ante estos reclamos que se han dado en las últimas semanas para conocer el contenido de la reforma, el gobierno ha intensificado la aparición en medios de diferentes figuras para hablar de ella, e incluso se han hecho llamados tanto del gobierno como de la oposición para realizar marchas a favor o en contra del proyecto (y otras reformas) el 14 de febrero. Movilizaciones como esta, que será la primera del año por un tema político, han sido comunes en Colombia en los años recientes. Motivadas por polémicas en torno a acciones del gobierno, son aprovechadas por grupos políticos para aumentar el descontento ciudadano e influir en la opinión pública. Adicionalmente, una encuesta publicada el 6 de febrero reflejó que la percepción negativa de Petro pasó del 35% al 47%.

Reforma política: desmarcarse de la clase política o continuar su modelo

De las grandes reformas que se han propuesto, la política es la que menos protagonismo ha tenido en los medios. A pesar de haberse iniciado ya el trámite en el Congreso, ha dejado de sonar en el comienzo del 2023, gracias, en parte, a la intensidad de los debates políticos, jurídicos y ciudadanos por la reforma de la salud.

En lo que se ha discutido hasta el momento, la reforma plantea los siguientes puntos:

— Financiación 100% estatal para las campañas políticas.

— Listas cerradas y paritarias para los cargos de elección plurinominal. Es una fórmula común en países de la Unión Europea y otras democracias, pero poco frecuente en Colombia, donde en la mayoría de los casos, se vota a los candidatos preferidos de cualquier partido o movimiento.

— Posibilidad de que los congresistas renuncien para ocupar un cargo en el gobierno como ministros.

— Pérdida de potestad de la Procuraduría General de la Nación (encargada de vigilar las acciones de los funcionarios públicos y de los gobernantes) para sancionar a personas elegidas por voto popular.

— Rebaja de la edad necesaria para ser congresista: de 30 a 25 años en el caso del Senado (circunscripción nacional) y de 25 a 18 años en la Cámara de Representantes (circunscripción departamental).

Estos puntos han generado discusión en el congreso, e incluso se han escuchado voces discrepantes al interior de la bancada de gobierno, pues muchas de esas iniciativas distan de lo prometido en campaña. Asimismo, la oposición plantea fuertes críticas a la propuesta que permite que congresistas puedan ser ministros, pues se estaría afectando el equilibrio de las ramas del poder público y el modelo presidencialista que impera en el país, donde tradicionalmente se prohíben estas acciones.

Escándalos y críticas

En cuanto al desempeño del gabinete, han sido constantes las críticas a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, quien desde el inicio del gobierno ha defendido que no haya más exploración de yacimientos de hidrocarburos. Recientemente, fue noticia al conocerse que a finales del año pasado el Ministerio publicó un informe sobre reservas de crudo que contenía datos no verificados, e incluso, tenía firmas de funcionarios que no lo habían aprobado. Esto podría ocasionarle una nueva moción de censura por parte del Congreso. Vélez ya fue citada a moción de censura anteriormente, pero la iniciativa no tuvo consecuencias.

Por otro lado, la ministra de Salud, Carolina Corcho, también ha sido criticada, especialmente por la manera en que se está debatiendo y comunicando la reforma a la salud, por las actitudes hacia las personas que la cuestionan y por las dificultades que ha habido para conocer el contenido del proyecto. En sus salidas a medios se ha caracterizado por un tono desafiante contra los cuestionamientos que se le hacen, incluso con ataques al presidente del Congreso por haber declarado que la reforma quiere “acabar con el sistema actual”.

¿En qué va la oposición?

Los días siguientes a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el candidato que perdió frente a Petro, Rodolfo Hernández, pasó a ocupar un escaño en el Senado. Sin embargo, renunció a los pocos meses, pues su interés no era ser senador, y tampoco se consolidó como oposición al gobierno, sino que mantuvo una postura neutral.

La polarización y la movilización ciudadana que pavimentaron el triunfo de Petro en el 2022, seguirán siendo la constante para la política colombiana

Otros partidos como el Centro Democrático, antiguo partido de Álvaro Uribe, han buscado encabezar la oposición a Petro. Dentro de sus filas destacan los senadores Miguel Uribe Turbay y María Fernanda Cabal, quienes constantemente conceden entrevistas donde muestran su oposición a diferentes asuntos defendidos por el gobierno. Sin embargo, a inicios del 2023, no se conoce una figura que tenga una verdadera fuerza capaz de representar a los votantes disconformes con Petro.

Por su lado, los sectores contrarios a Petro en la sociedad civil también han buscado la manera de presentar su descontento y consolidar una oposición en las calles, y ya han realizado marchas en contra del gobierno en septiembre y octubre del año pasado, semejantes a la convocada para el 14 de febrero, a la que el gobierno ha contestado con otra el mismo día en defensa de las reformas propuestas.

¿Qué podría pasar en el 2023?

En medio de un año electoral, la polarización y la movilización ciudadana que pavimentaron el triunfo de Petro en el 2022, seguirán siendo la constante para la política colombiana. La ciudadanía que se identifica con las posturas del gobierno y la que no, se sigue dividiendo, a la vez que el bando antigobernista comienza a utilizar las mismas tácticas que llevaron a Petro al poder, aprovechando cada error y salida en falso del gobierno para llevar a la gente a las calles.

El manejo dado a la reforma de la sanidad y las críticas cada vez más constantes a la ministra Irene Vélez, seguirán siendo un foco de señalamientos para el gobierno. También, la manera en que Petro busca desconocer las críticas haciendo un llamado a la gente para que le brinde su apoyo, empezará a generar un mayor desgaste entre sus simpatizantes y se puede percibir como un intento de demonizar el disenso con las ideas oficiales, lo que generará una pérdida de apoyo en la opinión pública, si no cambian las estrategias comunicacionales y políticas.

Por último, cada triunfo o paso en falso del gobierno será decisivo para las elecciones regionales de octubre, pues la figura de Petro tiene una carga que divide a la sociedad, por lo que todas las noticias serán seguidas con atención y aprovechadas en diferentes territorios para alimentar el sentimiento anti-Petro o para apoyar a candidatos afines al gobierno.

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