Este interesante “thriller” plantea de forma eficaz, aunque sin respuestas muy profundas u originales, el debate cada vez menos ficticio de si la IA impartiría justicia mejor que los humanos.
Sánchez Arévalo se atasca en una película del género “reunión familiar por boda” que, en su afán de llamar la atención, pierde frescura, tono y equilibrio.