Seis años después de triunfar con “Parásitos”, el surcoreano Bong Joon-ho pierde enteros en esta distopía espacial, con un planteamiento sugerente, pero demasiado satírica y gruesa.
La historia, que arranca como una película romántica de corte independiente, plantea un interesante dilema entre un cientificismo radical y una espiritualidad new age.