Detrás de la polémica que han levantado sus escenas de sexo lésbico, solo se esconde una película con falta de historia y manifiesta incapacidad para desarrollar los temas que plantea.
Un hombre que tiene cuanto se pueda desear en la vida, a los 42 años arroja todo por la borda en un estallido de amargura. Becker plantea muchas preguntas e invita al espectador a que las conteste.