La tercera entrega de la nueva saga es una fantasía distópica por encima de la media, brillante en el aspecto técnico y con apuntes interesantes sobre la grandeza y la miseria de la condición humana.
Fiel adaptación del cómic original de Alan Moore, esta aventura de superhéroes bien narrada, queda sin embargo lastrada por el mensaje gnóstico que insiste en transmitir.