La experiencia ha mostrado que el desarrollo no depende sólo de factores económicos y de la acción estatal. Por eso los organismos de ayuda están prestando cada vez más atención a la capacitación humana y al fortalecimiento de la sociedad civil. También el Banco Mundial está adoptando esta estrategia de actuación. Así lo exponía su vicepresidente, Ismail Serageldin, en una conferencia organizada por el Departamento Suizo de Cooperación (Berna, 6-IX-93), de la que sintetizamos algunas ideas.
El retroceso del África subsahariana es excepcional en el mundo y particularmente dramático. La desindustrialización, la crisis financiera de muchos Estados, el deterioro de los servicios públicos básicos, la reducción del peso del continente en el comercio internacional, son aspectos palpables de la marcha atrás. Serge Michailof, que ha trabajado dieciséis años en este continente como experto del organismo que gestiona la ayuda francesa a África, plantea en una entrevista en Le Monde (28-IX-93) algunos cambios que deberían afrontar las élites africanas.
La economía de América Latina creció una media del 3% en 1992, según el informe anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es el segundo año consecutivo de crecimiento, tras el declive económico de los años 80. El BID reconoce que los programas de ajuste han logrado mejorar los índices macroeconómicos. Pero advierte que ahora es preciso completar las reformas económicas con "una reforma social que no sólo alivie, sino que reduzca la pobreza en la región".