Una macroencuesta avala lo que llevan años diciendo otros estudios: que el matrimonio tiende a deparar una vida familiar más satisfactoria que las uniones de hecho.
En las familias no encabezadas por matrimonios, la ausencia de perspectivas a largo plazo y el factor económico condicionan negativamente esa inversión.
Partir de cómo son los jóvenes resulta crucial para saber cómo acompañarles en su camino hacia el matrimonio, y eso exige tener en cuenta su mundo afectivo.
Un sondeo efectuado en 11 países revela que las parejas casadas tienden a considerarse más realizadas que las de hecho y confían más en que su unión durará.
Un artículo que serviría de base para legalizar las uniones homosexuales, sale del proyecto de Constitución que se votará en febrero. Los cristianos, señalados como culpables.
Los “millennials” están tardando más que sus predecesores en darse el “sí, quiero”, y con ello se privan de mayores cotas de felicidad, advierte una comentarista.