Donantes para una causa de ricos

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La financiación de la campaña a favor del matrimonio gay en EE.UU. muestra que responde al empeño de una élite rica más que a una demanda popular. La sospecha se confirma cuando se ve cómo se financia la causa en EE.UU. y quién está intentando anular la voluntad de los electores.

La realidad es que los votantes han rechazado el matrimonio entre personas del mismo sexo siempre que se ha sometido a referéndum en distintos estados desde 2000. Allí donde ha sido aprobado respondía a decisiones judiciales o a mayorías en los parlamentos, donde es más fácil que los lobbies hagan presión.

Cansados de tener que dar la batalla estado por estado y de perder un referéndum tras otro, los abogados de la causa quieren ahora que el asunto llegue al Tribunal Supremo, donde confían ganar de una vez por todas. Para la pelea judicial hace falta mucho dinero, y los promotores están multiplicando sus esfuerzos para mover a ricos donantes a sacar su chequera.

Ricos y poderosos
Estos donantes, según explica The New York Times (23-03-2012), no son los mismos que tradicionalmente han apoyado las causas gays. “No solo vienen de Hollywood, sino también de Wall Street, Washington y el mundo empresarial. A pesar de la fuerte oposición al matrimonio gay que manifiestan los candidatos presidenciales republicanos, la red de donantes incluye tanto republicanos como demócratas”, y no solo gays sino también heterosexuales.

Lo que une a este variopinto conjunto de donantes es que son ricos y poderosos. Ciertamente, si se trata de conseguir dinero es lógico pedir al que lo tiene. Pero aquí no se trata de crowdfunding en la red ni de sumar muchos pequeños donativos populares. Es una campaña a lo grande.

Entre los donantes mencionados por el diario neoyorquino hay prominentes ejecutivos de fondos de capital riesgo, gestores financieros de campañas presidenciales, millonarios del mundo del software, directivos de banca… Se procura que no falten los republicanos y heterosexuales, para que no quede todo entre los “sospechosos habituales”.

Libre acceso
Cuenta el NYT que hace tres años se reunieron en la casa que tiene en Beverly Hills el magnate del entertainment David Geffen, el director de cine Rob Reiner, su esposa y su consejero político Chad H. Griffin. Los electores de California habían aprobado pocos meses antes la Proposición 8, que rechazó el matrimonio gay por una mayoría del 52,4%, confirmando así lo que también había resultado de otro referéndum en 2000. Pero los reunidos no estaban dispuestos a aceptar esta expresión de la voluntad popular. Reiner y Griffin dijeron a Geffen que necesitaban 3 millones de dólares para combatir la Proposición 8 en los tribunales, con el objetivo de llegar hasta el Tribunal Supremo. Geffen les dio 1,5 millones y pidió a Steve Bing, otro productor amigo, que pusiera el resto.

David Geffen, productor de discos, de películas, de espectáculos teatrales, y uno de los tres fundadores de DreamWorks, es abiertamente gay, y con una fortuna estimada en 5.500 millones de dólares. En 2007, la revista Out lo colocó el primero de la lista de los cincuenta “Most Powerful Gay Men and Women in America”.

Es también un conocido filántropo, que ha apoyado con su dinero a organizaciones para la lucha contra el sida, a la Facultad de Medicina de UCLA, y a las artes y al teatro. En cambio, no le gusta tener al público demasiado cerca, cualquiera que sea su orientación sexual. Así, en 2002 se destacó por mantener una batalla legal para impedir que los bañistas tuvieran acceso a la playa enfrente de su casa en Malibu, causa que finalmente perdió. Pero si en ese caso su postura era no abrir su playa particular a los extraños, en el asunto del matrimonio está a favor de que los gays puedan acceder a él.

Cuestión de supervivencia
Y no está solo en Hollywood en esta lucha. Dentro de la estrategia diseñada por Rob Reiner para combatir la Proposición 8 se encuadra el acto organizado a principios de marzo en Hollywood con todo un elenco de estrellas. George Clooney y Brad Pitt abrían la lectura de un texto de Dustin Lance Black –guionista que ganó un Oscar por Mi nombre es Harvey Milk–, para rebatir la legalidad de la Proposición 8. En la foto salían los artistas, pero las crónicas señalaban la presencia entre el público del personaje que estaba al tanto de toda la organización: Kevin Huvane, reconocido homosexual, alto ejecutivo de la agencia de representantes más poderosa de Hollywood, Creative Artists. Entre sus representados están Brad Pitt, Tom Cruise, Meryl Streep, Sandra Bullock, Nicole Kidman, Jennifer Aniston… La mayoría de los artistas que participaron en el evento pertenecen a su agencia.

Según Mike Nilon, un agente de Los Ángeles que trabajó para él, “de Huvane se pueden decir muy pocas cosas de forma oficial, pero parece que todo aquel proyecto fuera cosa suya. Hollywood es básicamente suyo” (El País, 24-03-2012). La crónica del acto lo presenta como “el manager más poderoso de la industria del cine, y el más temido”.

Quizá esto explique también por qué entre las estrellas de Hollywood hay tantos partidarios del matrimonio gay, sin que asomen opiniones discrepantes. Hollywood tiene fama de romper tabúes, pero este nuevo tabú no es solo materia de opinión sino de supervivencia profesional. El que se mueve no sale en la foto ni en la película.

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