Lagos. Hasta ahora, la mayoría de las universidades de Nigeria eran gratuitas. Sin embargo, el gobierno ha anunciado que dejará de subvencionar la enseñanza superior.
Las universidades tendrán que cobrar tasas a los alumnos y buscar otras formas de financiación «menos dolorosas». Una de ellas es la concesión del doctorado honoris causa a personas ricas, quienes agradecen la deferencia donando dinero a la universidad.
Normalmente, el doctorado honoris causa se concede en reconocimiento a los méritos de una persona, no sólo a los académicos, aunque éstos tampoco deberían olvidarse. Sin embargo, la norma general en Nigeria es que cuanto más rica es una persona, mayores oportunidades tiene de recibir un doctorado.
En Nigeria, cualquier título ennoblece: por eso se hace casi de todo para conseguir uno. Es el caso del título tradicional de «Jefe», que el señor de una aldea otorga a uno de sus súbditos. Ser jefe significa, entre otras cosas, poseer sabiduría, magnanimidad, madurez, popularidad y, por supuesto, riqueza. En la actualidad, cualquier candidato con suficiente dinero puede ser jefe. Incluso los políticos se sienten en desventaja en las elecciones si sus nombres no van acompañados del tratamiento de «Jefe», «Doctor» o «Profesor». Y las instituciones que dispensan los títulos están aprovechando la ocasión para conseguir fondos.
Entre 1980 y 1990, más de 600 nigerianos consiguieron doctorados honoris causa, pero sólo el 22,5% eran académicos y personas ilustres. El resto eran hombres de negocios, militares o funcionarios de quienes se esperaban donaciones. La universidad que concedió el doctorado a la esposa del general Abacha, actual presidente del país, recibió 8,5 millones de nairas con esa única operación. Sólo entre enero y mayo de 1997, ya han recibido doctorados de este tipo unas 18 personas.
Mucha gente aprueba esta manera de actuar argumentando que las universidades hacen lo que pueden para financiarse, ya que el gobierno ha recortado las ayudas. Pero a otros preocupa que suceda lo mismo que ocurrió con el título de Jefe, que prácticamente carece de valor en la actualidad. Y los verdaderos laureados por méritos académicos no aceptan la costumbre. Según dicen, el mérito auténtico se lo lleva la corriente.
Eugene Agboifo Ohu