Para aliviar al enfermo y a su familia

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Yolanda Zuriarrain, coordinadora del Centro de Cuidados Laguna, para ancianos y pacientes terminales
Ahora que la vida es más larga, la atención a los mayores es una necesidad social de primer orden, sobre todo si se encuentran en estado terminal o padecen enfermedades limitantes. La estructura sanitaria normal no resulta adecuada para prestar los servicios de proximidad que necesitan esos pacientes y sus familias. De ahí que hayan surgido las unidades de cuidados paliativos. Una de estas iniciativas es el reciente Centro de Cuidados Laguna, en el distrito madrileño de Latina, que pretende integrar los recursos socio-sanitarios para mayores y enfermos terminales de la zona. La novedad de Laguna radica en que combina en un mismo centro los cuidados paliativos y la atención psicogeriátrica.

Actualmente el 17% de la población española es mayor de 65 años. En el distrito madrileño de Latina el índice se acerca al 25%. De los 250.000 habitantes del distrito, más de 60.000 son mayores. Parte de ellos necesitan atención especial, por problemas de salud, a los que a veces se añade que se encuentran solos. En esta zona de Madrid, como en algunas otras, un médico tiene cerca de treinta enfermos a los que ver en la consulta en tan solo un par de horas, y no puede ir a los domicilios con facilidad.

Por eso se ha creado el Centro de Cuidados Laguna, una iniciativa que pretende complementar los servicios sociales y sanitarios de la zona. Su fin es atender a personas mayores y a enfermos terminales. Laguna quiere acompañar y aliviar a los mayores enfermos y a sus familiares y cuidadores, mediante la ciencia médica, los servicios de enfermería y la atención personal.

El Centro de Cuidados Laguna es una iniciativa que la Fundación Vianorte promovió en el año 2002 con ocasión del centenario del nacimiento de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, que por muchos años atendió personalmente a enfermos y luego impulsó obras sociales, educativas y asistenciales.

Atención a domicilio

Del conjunto del proyecto están ya en funcionamiento dos de las tres unidades de cuidados paliativos a domicilio ayudadas por grupos de voluntarios, y un servicio de apoyo social. Cada equipo atenderá a unos 25 pacientes por semana.

En la sede provisional de Laguna estuvimos hablando con Yolanda Zuriarrain, coordinadora de los trabajos. Zuriarrain es médica de una de las dos unidades de cuidados paliativos a domicilio que actualmente están operativas y que comenzaron su actividad en enero pasado.

La doctora Zuriarrain en una de las visitas domiciliarias

— ¿Cuáles son las señas de identidad de Laguna?

— En Laguna procuramos cuidar al enfermo y a su familia en todas las esferas (física, psico-emocional, social y espiritual). Buscamos la manera de favorecer el entorno que rodea a esa persona, que se encuentra al final de su vida, para que le sea lo más amable y grato posible.

Podríamos decir que lo más característico que hacemos es buscar el lugar donde el enfermo se encuentre mejor. Muchas veces será con su familia y en su domicilio, porque tendrá uno o varios cuidadores aptos para prestarle las atenciones que precisa. En estos casos nuestra función será facilitar los recursos socio-sanitarios necesarios para que el enfermo pueda mantenerse allí sin que se sobrecargue el cuidador principal. A los ancianos con alguna limitación física procuramos atenderles en sus necesidades sociales, facilitando servicios como la teleasistencia. Y vamos a verles periódicamente para evaluar su situación sanitaria y proporcionarles compañía a través de las visitas semanales, de dos horas de duración, por parte de los voluntarios. Y si alguno no tiene quien le pueda cuidar, o sufre una patología tal que no sea fácil controlarla en su propio domicilio, nos esforzamos para que aun así, pueda seguir en su propia casa. Si fuera necesario iríamos todos los días a verle, manteniendo la coordinación con el Centro de Salud.

Como ve, nuestra intención es complementar los recursos ya existentes. Procuramos ser una ayuda para la acción del médico de familia, al que no resulta fácil visitar a todos los pacientes, o al que pueden faltar algunos conocimientos específicos en cuidados paliativos. También intentamos facilitar al médico especialista la posibilidad de aplazar la visita domiciliaria al saber que el enfermo está siendo atendido y tiene control de su sintomatología.

Cuidar y acompañar

— ¿Cómo son las visitas que realizáis, y con qué equipo médico contáis para hacerlas?

— Las visitas suelen ser largas: entre una hora y hora y media. Además del enfermo, nos ocupamos de los cuidadores y de poner en marcha los recursos necesarios para que la persona necesitada pueda estabilizarse en ese momento. En Latina hay zonas en las que los recursos socioeconómicos son muy escasos. Muchas veces las familias no tienen los medios técnicos necesarios para que el anciano enfermo pueda estar en su propio domicilio. Les es difícil conseguir, por ejemplo, una cama de hospital que haga que la persona esté más confortable. O no tienen los suficientes recursos económicos para poder adaptar una bañera a ducha cuando el enfermo tiene dificultades de movilidad. También intentamos solucionar este tipo de problemas.

Los equipos de cuidados paliativos a domicilio están compuestos por un médico, una enfermera, un auxiliar de clínica, un trabajador social, un psicólogo y un capellán. Con ellos colaboran, en tareas de acompañamiento a los enfermos y cuidadores, un amplio grupo de voluntarios. No van todos ellos a la vez, sino que acuden en distintos momentos, con lo que conseguimos atender al enfermo a lo largo de todo el día. Cada equipo atiende a una media de cinco pacientes diarios.

Con las unidades de atención domiciliaria conseguimos que el enfermo, entre otras cosas, pueda pasar más tiempo en su domicilio, sin que eso se convierta en un problema especial para la familia.

— ¿Qué suponen para el enfermo los cuidados paliativos?

— Los cuidados paliativos ayudan a la dignidad y a la calidad de vida del paciente y de sus cuidadores. Además de los apoyos psicológicos y técnicos, lo más importante es que hay un control de los síntomas que inciden en esa fase de la vida (dolor, debilidad, cansancio, ansiedad…) y un seguimiento profesional de la medicación. De este modo no sólo las personas se ven más esperanzadas y con ganas de vivir con más intensidad cada momento, sino que además, por este seguimiento y control, se reducen los ingresos hospitalarios y sus visitas a urgencias, lo que supone un ahorro indudable para la Sanidad Pública.

Atendiendo a AngelitaDescargar a las familias

— ¿Cómo han reaccionado los familiares de los enfermos? ¿Organizáis alguna actividad para enseñarles a atender mejor a los ancianos?

— En nuestras visitas es frecuente encontrarnos con familiares que están muy cansados. Además de enseñarles distintos procedimientos para cuidar a los propios pacientes, procuramos ahorrarles trabajo con el servicio que prestan los voluntarios y la visita del equipo especializado.

«¡Por fin se han fijado en nosotros!», han comentado algunos familiares. Para ellos hemos organizado cursos formativos sobre cuidados a enfermos, para ayudarles a simplificar sus tareas. Y procuramos también facilitarles otros recursos a los que puedan acudir, para evitar que ellos solos lleven todo el peso. Recursos que en algunos casos no sabían ni que existían, o si los conocían no eran capaces de acceder a ellos. Con los cursos se les ha abierto un camino de descanso. Saben que cuentan con un equipo como el nuestro. Y muchos de los cuidadores que han asistido a los cursos han descargado en nosotros la atención de sus familiares.

— ¿La unidad de ingreso que planeáis crear, para mejorar la atención a pacientes críticos que precisen de cuidados paliativos o para descargar a las familias, en qué se diferencia de la hospitalización tradicional?

— La futura unidad de ingreso se basará en el modelo de los hospices de los países anglosajones. Estas unidades proporcionan al enfermo, durante la última etapa de su vida, un internado más amable que la hospitalización habitual. Allí el paciente suele contar con una habitación individual en la que el familiar puede estar con él todo el tiempo que quiera. La decoración es más alegre. Hay cuadros, y los colores de las paredes son más acogedores… Junto a todos estos factores, importantes, que podríamos denominar externos, el equipo médico procura que haya más cercanía con el paciente. De hecho, la estructura del personal varía un poco con respecto a la hospitalización tradicional. Hay mayor número de enfermeras y de auxiliares de clínica en estas unidades.

Con ayuda de muchos

— ¿Cómo se financia el proyecto?

— El Centro de Cuidados Laguna es un proyecto de naturaleza social. En conformidad con los principios originales de la Fundación Vianorte, queremos dirigirnos a los sectores más desfavorecidos. Esto supone aunar muchas voluntades para que el proyecto sea una realidad.

Desde el primer momento las autoridades han percibido este empeño y han sido los primeros en dar soporte al proyecto: el Ayuntamiento de Madrid ha cedido el uso de la parcela en la que se construirá el Centro, y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través de las asignaciones del IRPF a iniciativas de interés social, ha concedido este año una subvención. También la Obra Social de Caja Madrid nos ha dado una ayuda para el arranque del Centro. Otras instituciones están deliberando también sumarse a este proyecto, pero lo fundamental, además de los recursos de la propia Fundación, son las muchas colaboraciones de personas particulares que quieren contribuir.

Nos hemos fijado en los hospices. Estas unidades de cuidados se encuentran habitualmente respaldadas por fundaciones sin ánimo de lucro y por la propia sanidad pública del país, que llega incluso a concertar hasta el 50% de la actividad que realizan. Junto a la financiación, el Estado apoya además a estas instituciones derivándoles un buen número de pacientes.

En España hay otras entidades que proporcionan cuidados paliativos, como la Asociación Española Contra el Cáncer o la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que tienen ayudas estatales. En Laguna pretendemos seguir ese sistema de cooperación y coordinación con instituciones públicas, de modo que pueda ser un servicio incluido en la cobertura normal de que disfrutan los asegurados y pensionistas.

— ¿Ha sido difícil conseguir voluntarios?

— Hemos avivado en el propio barrio la preocupación de unos por otros. Y tenemos muchos voluntarios. Se ve que a la gente le gusta el proyecto y quiere ayudar. Por lo general, los voluntarios son jubilados: mayores que atienden a otros mayores. Y sintonizan muy bien con los pacientes. Intentan hacerles pasar un buen rato. Realizan una ayuda desinteresada que realmente conmueve. También tenemos jóvenes estudiantes que dedican algún tiempo a esta tarea de voluntariado, y puedo decir que lo hacen muy bien.

Impartiendo un curso a cuidadoresLaguna en el futuro

En diciembre de 2004 se prevé inaugurar la sede definitiva del Centro de Cuidados Laguna, actualmente en construcción. El edificio dispondrá de dos centros de día: uno de cuidados paliativos, en el que se atenderá a pacientes terminales, y otro psicogeriátrico, para ancianos con deterioro cognoscitivo como consecuencia de enfermedades como alzheimer, parkinson u otras.

El Centro de Cuidados también contará con una unidad de ingreso, según el modelo hospice, con un número reducido de camas. Los pacientes vendrán remitidos, en su mayoría, desde los servicios públicos de Salud o Asuntos Sociales, o por los familiares.

Laguna dispondrá también de un centro de formación de cuidadores, dirigido a las personas del entorno del enfermo. Además, se encargará de reclutar y coordinar a los voluntarios. También contará con otro centro para investigación. Levantar todas esas instalaciones costará algo más de 10 millones de euros.

Javier TáulerPara saber más

La sede provisional del Centro de Cuidados Laguna está en la c/ Los Yébenes 241 bis, 28047 Madrid. Tel.: 91-509 91 37 y 619 927 928. E-mail: info@laguna-cc.org.

En la web del Centro (www.laguna-cc.org) hay información detallada sobre las actividades y las distintas formas de ayudar como voluntario o con donativos.

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