Gawande explica la forma en que la sociedad actual afronta la vejez o la muerte, reivindicando la labor de la medicina geriátrica y paliativa para humanizar esta etapa final de la existencia.
Algunas enfermedades infecciosas ya causan muchas más muertes al año de las que, según los peores escenarios, podría provocar el actual brote de ébola.
Un informe sostiene que profesionales sanitarios al servicio de la CIA o del ejército norteamericano violaron la ética profesional por no denunciar torturas o malos tratos a prisioneros.
La idea es que el paciente reciba asesoramiento para prever un plan de asistencia al final de la vida, mientras todavía está en pleno uso de sus facultades.
La ampliación de los síntomas de trastornos mentales y las informaciones alarmistas sobre peligros de nuevas tecnologías despiertan la inquietud de gente que empieza a considerarse enferma.
Según un destacado especialista, el nuevo manual de diagnóstico psiquiátrico inventa trastornos y la Asociación Psiquiátrica Americana ya no es la entidad adecuada para definirlos.
En estas páginas se relata la investigación sobre el cáncer, así como los datos científicos, los modelos y los resultados a los que se ha llegado, y las transformaciones de la estrategia médica.
El proyecto de ley sobre los derechos del paciente al final de la vida ha dejado perplejos a los profesionales de cuidados paliativos. Por un lado, se proclaman alegremente derechos subjetivos y se margina la buena práctica médica. Por otro, se desoyen las necesidades reales de los profesionales del sector.
Condena la eutanasia, precisa las condiciones para que sea ética la sedación paliativa, rechaza la clonación, combina el derecho a objetar al aborto con la atención a la mujer que quiere abortar.