Se cumplen cien años del nacimiento de Gerald Durrell (1925-1995), naturalista y ecologista, conocido por sus libros biográficos y divulgativos en los que cuenta sus aventuras con animales y, también, por su labor zoológica.
De entre los muchos libros que escribió hay que destacar la famosa “Trilogía de Corfú”, que se abre con Mi familia y otros animales, escrito en 1956. La conocida serie televisiva Los Durrell se basa especialmente en este libro, que continúa después con Bichos y demás parientes y El jardín de los dioses. Durrell escribió más de cuarenta libros en los que mezcló las historias protagonizadas por su familia, los personajes que conoció en sus muchos viajes y la cantidad de expediciones que realizó para recolectar animales. También es autor de varios libros infantiles y juveniles de ficción.
Yo mismo y otros animales es una especie de autobiografía que ha preparado Lee Durrell, su viuda, espigando en sus numerosos libros, en su epistolario, en las conferencias que impartió y en las charlas que dio en la BBC, más algunos pasajes inéditos de unas memorias póstumas que el autor comenzó a escribir cuando ya se encontraba enfermo.
Durrell nació en 1925 en Jamshedpura (la India), donde vivía su familia. Su padre, un prestigioso ingeniero, falleció en 1928, y su madre, Lousia, decidió regresar con su familia a Inglaterra. En 1935, se trasladaron a la isla de Corfú, el principal escenario de sus libros biográficos y donde el pequeño Durrell consolida su afición a los animales.
Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la familia vuelve otra vez a Inglaterra. A los 16 años, Durrell comienza a trabajar en una tienda de mascotas de Londres y, después, en el zoológico de Whipsnade. Gracias a una herencia, pudo hacer realidad su sueño de viajar por todo el mundo recolectando animales. Este es el tema de la segunda parte del libro, dedicada a sus “aventuras zoológicas” en Camerún, Patagonia, Nueva Zelanda, Australia, Malasia, Madagascar, etc. La tercera parte de este libro contiene breves capítulos que ejemplifican su amor por los animales, con divertidas anécdotas, como suele ser habitual en él.
La cuarta parte la forman un conjunto de notas sobre la conservación. Allí habla de su proyecto de crear su propio zoo, que se hizo realidad en la isla de Jersey, en donde también puso en marcha una fundación, Durrell Wildlife Conservation Trust. Como escribe Lee Durrell en el prefacio, “como escritor, Gerry será recordado por su prosa lírica, su sentido del humor y su extraordinaria empatía con el mundo natural, particularmente con los animales”.