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M. El hijo del siglo

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALM. Il figlio del secolo

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2020)

Nº PÁGINAS820 págs.

PRECIO PAPEL24,90 €

PRECIO DIGITAL10,99 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

Antonio Scurati, de quien ya se había publicado en castellano la novela El padre infiel , ofrece esta magnífica crónica de cinco años de la vida de Mussolini, desde el final de la I Guerra Mundial hasta su definitiva toma del poder, entre 1919 y 1924. Es el primer tomo de una trilogía que continuará en los próximos años.

Scurati deja ver a Mussolini como era: impulsivo, cínico, táctico, popular, coleccionista de amantes, frecuentador de burdeles, engreído, ateo, grandilocuente, conciliador y a la vez violento, instigador directo o indirecto de muchos asesinatos, siendo los más notables los del sacerdote Don Minzoni o el diputado socialista Giacomo Matteotti. Pero aunque diciendo eso no puede hacerse una hagiografía, tampoco es una crónica del odio, ni abunda en adjetivos descalificativos. Deja que hablen los hechos bien conocidos.

Como se sabe, el fascismo se inventó en Italia. Y viendo al detalle su génesis se puede comprender cómo ha habido fascismos de muy diversos tipos, unos a la izquierda y otros a la derecha. El elemento común es servirse de la violencia ilegítima para hacerse con el poder, con la excusa de una ideología. Cuando le convino, el socialista Mussolini fue el más radical izquierdista; cuando le convino, buscó su apoyo en la clase media conservadora. Pero en los dos casos explotó el populismo. La clase política dirigente, liberales, demócratas, en un Parlamento ineficaz, le parecía “casta”. Él era quien sabía conectar con el pueblo.

Scurati narra también, aunque con menor énfasis, el golpe que dieron los socialistas comunistas para constituir su propio partido en 1921, arrastrando a la ruina al socialismo italiano, de antigua tradición. Como se sabe, lo mismo ocurrió en el mismo año en Francia, España y Portugal. Órdenes de Moscú, del ya por entonces casi moribundo compañero Lenin, que murió en enero de 1923.

El libro es de una prosa viva, poética a veces, siempre amena. Después de Mussolini, el personaje mejor estudiado es el Vate por antonomasia, Gabriele D’Annunzio, retratado en toda su extravagante grandeza. Aparece también Filippo T. Marinetti, el fundador del futurismo, fascista de la primera hora, como Arturo Toscanini, el compositor y pianista, y, desde la distancia, Vilfredo Pareto, el economista y sociólogo, quien antes de morir en 1923 pudo ver a Mussolini en todo su apogeo. Entusiasta fascista también Guglielmo Marconi, uno de los pioneros de la radio. El filósofo Giovanni Gentile, idealista, fue ministro de Educación. Y el mayor de los filósofos de su tiempo, Benedetto Croce, aplaudió entusiasta el nuevo régimen de Mussolini. Luigi Pirandello rindió homenaje a Mussolini. Y el grupo de pintores Novecento, entre ellos, Mario Sironi.

El año está empezando, pero este libro de historia concreta y además con sabor de novela queda como un hito difícilmente superable. 

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