Tras la reedición de su original obra De noche, bajo el puente de piedra, Libros del Asteroide recupera otra novela del checo Leo Perutz (1882-1957). A medio camino entre el relato policíaco y la literatura fantástica, El maestro del juicio final está ambientada en Viena a principios del siglo XX. El célebre actor Bischoff se suicida en extrañas circunstancias; pero algunos indicios señalan como inductor de esa muerte al barón Von Yosch, un oficial del ejército enamorado de la mujer del fallecido. El barón, que narra lo sucedido en primera persona, se debatirá entre huir, suicidarse o probar su inocencia. Pero antes de morir, Bischoff deja abierta una escalofriante pista que vincula su suicidio con otros anteriores y con una sucesión de rastros que conducen la narración hacia un final sorprendente y angustioso.
Resulta significativo que conozcamos el desarrollo de la narración a pesar del narrador, a quien las acusaciones han dejado atemorizado, incapaz de ayudarnos a descubrir lo que se oculta tras la maraña de circunstancias inquietantes. El lector sufre con el protagonista, se sobrecoge con él y padece su misma desorientación. Pero otro personaje conducirá de un modo singular esta investigación policiaca, de modo que la torpeza del narrador resulta finalmente un artificio literario sugerente y eficaz.
La intriga, planeada y desarrollada con brillantez, se convierte en un elemento clave en la configuración del texto. El autor consigue crear un clima narrativo sofocante mediante situaciones que van más allá de lo puramente racional. La alusión a lo esotérico, al mundo de los muertos o a lo sobrenatural, presente también en otras de sus obras, produce una tensión que no se relaja hasta las últimas líneas del relato.
No son estos elementos nuevos en la literatura de Perutz: ya en anteriores novelas aparecían como pilares de su narrativa. Así era en El marqués de Bolívar (1920), en La nieve de San Pedro (1933) o en De noche, bajo el puente de piedra (1950). Aunque El maestro del juicio final tiene un desarrollo singular en el que se advierten reminiscencias kafkianas y acaso un referente muy singular: el Dr. Jekyll de Stevenson.

(Versión actualizada de la reseña publicada el 14-07-2004 sobre la primera edición española de esta obra)