El árbol del paraíso

Eunate.

Pamplona (2012).

252 págs.

18 €.

GÉNERO

Experimentado periodista, José Joaquín Iriarte (1937) publica su primera novela, El árbol del paraíso, donde se mezclan recuerdos biográficos, experiencias personales, análisis periodísticos e históricos con un argumento basado en el amor y la amistad. La novela transcurre en Lodosa, pueblo navarro del que es natural el autor, desde la década de los cincuenta hasta inicios de los ochenta del siglo pasado. La Guerra Civil española y sus consecuencias son, quizás, el ingrediente principal, pues los protagonistas viven condicionados por hechos sucedidos durante la contienda o tienen que hacer frente a la división entre vencedores y vencidos que parece haberse instalado en la sociedad española durante el franquismo.

El autor no comparte, sin embargo, el maniqueísmo tan común en las historias y novelas que se han escrito sobre la Guerra Civil y la posguerra, que ha permitido la fijación de cómodos clichés y estereotipos de los que resulta difícil escaparse, más que nada porque la división entre buenos y malos simplifica mucho las cosas y contribuye al melodrama y a una epidérmica emotividad.

Los protagonistas de esta novela son Montxo, Pedro y Arantxa, que proceden de tres familias de Navarra marcadas por la guerra. La historia familiar de Montxo está repleta de tragedias familiares que salpican incuso a sus padres, muertos después de la guerra por pertenecer a los maquis. Pedro, el hijo del médico de Lodosa, disfruta de una cómoda posición y también quiere dedicarse a la medicina. Arantxa es una joven con muchas inquietudes que, por la cerrazón de su familia, sobre todo de su madre, ha tenido que abandonar los estudios. Montxo y Pedro se conocen en un hotel de los montes de Urbasa, a donde han ido a recuperarse de la tuberculosis. Entre los dos, a pesar de algunos encontronazos, surge una auténtica y profunda amistad que, junto con la figura de Arantxa, será el principal motor de una novela que recoge muy bien el ambiente de la época.

Como telón de fondo, la realidad española de aquellos años, que el autor describe al detalle y no solo en los aspectos externos. Iriarte habla de las rencillas familiares, los odios, los celos, las mentiras institucionalizadas, la falta de comprensión; y también de la otra cara de la moneda: el esfuerzo de muchas personas por construir una sociedad más justa y más humana que supere las divisiones. Los personajes de la novela quieren así aportar su grano de arena para que la vida en Navarra aparque estos estériles enfrentamientos. Además, la novela tiene un ingrediente humano muy meritorio, pues tanto las peripecias de los protagonistas como el estilo del autor van encaminados a reflejar con realismo la vida cotidiana de unos protagonistas que se sirven de sus cicatrices para contribuir a la reconciliación.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.