Vida con estrella (1949) es una historia de superación ambientada en Checoslovaquia durante la invasión nazi. Jiří Weil (1900-1959) fue un escritor checo judío con una trayectoria algo similar a la del personaje principal de esta novela, cuyo título alude a la estrella de David de tela amarilla que los judíos debían llevar para ser identificados. Sobre el holocausto escribió también Mendelssohn en el tejado, póstuma, y en 1937 publicó Moscú: frontera, novela con mucho de autobiografía, en la que denuncia las purgas estalinistas y la deriva totalitaria de la Revolución Rusa.
El protagonista de Vida con estrella es Josef Roubíček, familiarmente Pepík, un joven exempleado de banco que narra sus vivencias en primera persona. Vive solo en una buhardilla en la que ha quemado la mayor parte de sus muebles para poder calentarse. De salud frágil y acosado por el hambre y el frio, se conforma con adquirir un trozo de manteca o unos huesos para hacer un caldo. Su única compañía son un gato callejero y los recuerdos de un idilio del pasado, un amor imposible con que sueña por las noches.
Pepík, testigo y víctima de numerosas prohibiciones y vejaciones, es obligado a llevar la estrella amarilla sobre su pecho. Con ayuda de unos amigos, logra un empleo y sus jornadas transcurren rastrillando las hojas del cementerio y cavando tumbas. Es feliz en esa tarea mientras observa apesadumbrado cómo personas de toda condición son transportadas en camiones a Terezin, campo de concentración de Checoslovaquia Oriental, lugar al que quizá por error él no ha sido aún convocado.
Su personalidad se va engrandeciendo conforme avanza el relato y su debilidad crece hasta convertirse en heroicidad. Un héroe entrañable y discreto que pasa oculto, un hombre despojado de casi todo lo material pero que posee lo más valioso, que es la vida y su libertad interior. Su deambular por las calles no es triste y el desamparo no hace mella en él ya que es capaz de de hallar consuelo en placeres menudos como disfrutar de los tibios rayos de sol o del relente del atardecer.
Weil consigue un estilo deslumbrante a base de frases cortas y el diseño de una figura aparentemente insignificante pero de gran hondura psicológica, en torno al que gira la intriga de cuál será su final. Pepík convive con los enemigos a los que denomina siempre “Ellos”, refiriéndose a los nazis, palabra que no se nombra en todo el libro. También evita el término “judío” y el verdadero significado de la estrella amarilla, de forma que todo queda como velado y la narración adopta un tono universal. Este punto de vista que impersonaliza los acontecimientos resulta original y eficaz literariamente.
Aunque la temática es dura, el autor muestra solo lo que quiere que el lector contemple de la atmósfera de terror que aletea en estas páginas con un tratamiento idealista que en algún caso puede evocar la película La vida es bella de Roberto Benigni. Su habilidad lingüística para crear expresivas imágenes descubre poesía y profundidad en lo más nimio e incluso en lo que parece degradante.
Esta intensa novela es un canto a la esperanza y una metáfora sobre la belleza de estar vivo. Una novela con tono de fábula, pero basada en hechos históricos y con un planteamiento poco convencional en la literatura sobre el Holocausto.