La historia del inmigrante maliense que, semanas atrás en París, escaló cuatro pisos y salvó a un niño de caer al vacío, tuvo otro protagonista sobre el que los focos apenas se fijaron: el padre del menor. ¿Dónde estaba mientras el peligro acechaba a su hijo? Jugando al Pokémon Go y “cazando” criaturas virtuales por la calle. ¿Un padre irresponsable… o un enfermo? Justo ese hábito, el de postergar o no prestar atención a los deberes urgentes por priorizar
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción