Cherice es una veinteañera como cualquier otra. Graduada de la Universidad de Buffalo (Nueva York), le encanta viajar, comer, bailar… Pero un incidente le ha marcado la vida: una vez, con apenas 10 años, vio una imagen pornográfica. Esa vez se convirtió en varias, en muchas, y pasó de las fotos a las películas, en una dinámica que la empujó a aislarse de su entorno: tenía que ver porno al menos una o dos veces a día. A Ryan, de
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