Los creadores de It’s time to think, un movimiento cultural que busca fomentar el pensamiento libre, y de Aladetres, un podcast que acerca a los jóvenes a las grandes ideas, se unen para crear el “anti MBA”: TheNomba. Una escuela que no sirve para conseguir otro título, sino para cultivar la dimensión cultural, espiritual y profesional de quienes se atreven a pedir más.
En el mundo tecnocrático en el que vivimos, donde la atención se ha convertido en una moneda y las relaciones sociales se viven a través de dispositivos que nos atomizan, buscar el sentido es un acto de rebeldía. Uno que se puede llevar a cabo de muchas maneras. Algunos se unen a “running clubs”, para reencontrarse con la comunidad y retornar a la acción. Otros, reservan dos horas de su semana para escuchar en un podcast a personas como Gregorio Luri hablar sobre educación. Y hay quienes quedan por la noche, así sea entre semana, a sentarse en el suelo con decenas de desconocidos y escuchar a un líder social hablar 18 minutos, para pararse a pensar.
Los Thinkglaos, como se llaman este tipo de eventos, son casi tan populares como los clubes de correr. Han reunido a más de 30.000 jóvenes en 10 países alrededor de temas que tocan el alma, con pizzas y cerveza. Son el producto estrella, aunque no el único, de It’s Time To Think, ese proyecto que quiere acercar el pensamiento crítico a todas las esferas de la sociedad, tal vez el más grande de este tipo en el mundo hispano. Su éxito es llamativo, pero no debería sorprender.
Es cierto que en 2025 se proponen los bots de compañía como la solución a la crisis de la soledad, pero al mismo tiempo, los anuncios de estos amigos virtuales no duran ni un día sin ser desfigurados con graffitis que dicen “las relaciones humanas son sagradas”. Es cierto que la media de horas que se pasa frente al móvil sigue aumentando exponencialmente, pero también lo hace la cantidad de gente que dice querer bajar su tiempo de uso. Es cierto que en el ecosistema digital cada vez abunda más el “slop” o contenido basura creado con IA, pero también triunfan podcasts como Aladetres, que ofrecen conversaciones con fondo sobre temas que llenan el alma. Las personas, especialmente los jóvenes, tienen hambre de sentido.
Todos estamos llamados a salir de la cueva
Por eso, los creadores de It’s Time to Think y Aladetres se unieron para crear TheNomba. Un curso que no es un curso, sino más bien un viaje, como el de los héroes. Uno que apunta a la transformación interior, de modo que quien se embarca retornará al mismo lugar desde donde partió, conociéndolo –conociéndose– por primera vez. Solo se tiene que dejar llevar a través de las 300 clases (o pasos), 12 etapas y 4 bloques de aprendizaje, 20 minutos al día.
“Adaptándonos al contexto actual, en el que trabajamos mucho y tenemos poco tiempo, creamos este itinerario para que la gente, al menos durante 20 minutos al día, se pare, piense, reflexione y busque profundidad”, señala en declaraciones para Aceprensa Javier Roca, uno de los creadores de It’s Time To Think. Dentro de esos 20 minutos de reflexión entran clases y “masterclasses” con intelectuales de primer nivel, como Jacques Phillipe, Fabrice Hadjadj, Higinio Marín o Juan Manuel de Prada, mentorías y un plan de lectura recomendada. “Sabemos que si conseguimos que el alumno se pare 20 minutos al día, le cambiamos su vida radicalmente”, dice Roca.
Los primeros alumnos están de acuerdo. Dice Lucía García de Santos, alumna de la primera promoción de Nomba: “Lo quiero hacer porque junta todo lo que siempre tengo pendiente de escuchar, aprender, leer…, y lo propone en un formato muy atractivo, realista y factible. Además, creo que me puede ayudar mucho en el momento profesional en el que estoy, a pensar y sacar tiempo para ver qué es lo que quiero hacer y hacia dónde ir”.
El programa cuenta con 300 clases, distribuidas a través de 12 etapas, centradas en un aspecto fundamental de la naturaleza del ser humano: la de Liderazgo se centra en la búsqueda del propósito; la de Antropología, en la pregunta de quién somos; la de Filosofía, en aprender a pensar. Además de las clases y las “masterclasses”, se cuenta con un plan de lectura recomendadas, para nutrir y completar lo aprendido de mano de los “aliados” (como se llama a los profesores).
Todos estamos llamados a volver
El viaje no es un mero consumir pasivo de contenidos e ideas. Es también un llamado a la acción. De hecho, está estructurado en 4 fases (el viaje, conocimiento, creación y liderazgo), la mitad de las cuales están centradas en cómo se puede transformar el mundo que habitamos. No basta con leer y escuchar a alguien más. Eso sirve para adquirir criterios con profundidad, pero para vivir plenamente hace falta algo más.
Por eso el itinerario está pensado para que se viva a través de dosis pequeñas todos los días. “Buscamos principalmente que la gente cultive un orden”, declara Roca. Así, cada etapa trabaja intencionalmente una virtud distinta, como puede ser la magnanimidad, el servicio, la prudencia, la empatía o la fortaleza. Durante todo el viaje, después de cada clase, se hace una pequeña invitación a actuar. Se insta a escribir, a leer, a ir a un museo o a la montaña, o a conversar con un amigo.
Y la acción nunca se da en solitario, el itinerario también está pensado para vivir en grupo. Durante el viaje, se ofrecen eventos mensuales para la comunidad Nomba, clases presenciales, o incluso fines de semana largos en los que se explora con más profundidad un tema en concreto. Pero una vez de regreso, la idea es que todo el trabajo y toda la transformación personal se comparta y se proyecte hacia el mundo y los demás.
Quien haya terminado su viaje se encuentra así con tres posibilidades. La primera es seguir creciendo acompañado, manteniendo el ritmo interior a través de actividades, eventos, junto con la comunidad Nomba. La segunda, si la transformación vivida lo pide, conectarse con otro trabajo en una empresa con propósito, donde busquen personas con una mirada cargada de sentido. La tercera, crear un proyecto en el “TheNomba Hub”, un espacio práctico para diseñar y lanzar iniciativas que transformen, sean culturales, empresariales o sociales. Iniciativas como It’s Time to Think y Aladetres, que puedan inspirar a más personas a emprender la búsqueda del sentido. Aún en un mundo diseñado para no hacerlo.