La conocida expresión “no regales pescado al pobre; dale una caña y enséñale a pescar”, puede remitir a una práctica muy en boga: la concesión de microcréditos a personas de bajos ingresos para que echen a andar su propio negocio y den un salto de calidad en su nivel de vida. Esta estrategia se revela especialmente eficaz para las poblaciones que han sufrido desastres naturales. Un reciente artículo de The Economist reflexionaba sobre este tema y constataba que los microcréditos
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