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Holanda: la empresa soy yo

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Amsterdam. Mientras en Holanda sigue aumentando la demanda de mano de obra en distintos sectores, se multiplica el número de holandeses y extranjeros residentes que crean su propia empresa unipersonal. Más que de trabajadores autónomos que perdieron su empleo y se establecieron por su cuenta, se trata cada vez más, como el caso de quien quiere trabajar a tiempo parcial, de una elección de lujo. El Instituto Nacional de Estadística cuenta 400.000 empresas de una sola persona, lo que supone la mitad de todo el empresariado holandés.

Junto a las desventajas de correr con todos los riesgos, tener que organizarse su propia seguridad social o la dificultad de poder tomar una hipoteca, la mayor libertad y flexibilidad de horario e ingresos más altos hacen de la empresa unipersonal la opción preferida para muchos.

Fieke Kamps (34 años) y John van der Maat (36) volvieron de Alemania a Holanda en los años 80 para establecerse en su propio país. Fieke es secretaria, y cuando la empresa donde trabajaba hizo una reorganización de personal, ella se quedó en la calle. Había trabajo suficiente para encontrar empleo, pero el despido coincidió con que a su hija le acababan de diagnosticar una enfermedad. Como quería estar libre para ir al hospital cuando fuese necesario, en lugar de ponerse a buscar empleo, decidió establecerse por cuenta propia. Estudió todas la oficinas de empleo que ofrecían trabajo a secretarias y diseñó un folleto para anunciar su oferta fijándose en cómo podía conseguir que eligiesen sus servicios antes que los de las empresas de trabajo temporal. Fieke trabaja unas 20 horas semanales y puede cumplir sus responsabilidades familiares. Su marido, empleado en el ramo de la automatización, dejó descontento la oficina en la que trabajaba para establecer su propia empresa como sociedad limitada.

La familia Van der Maat, con sus dos hijos Jimmy (8 años) y Amy (11) todavía no tiene todas las prestaciones sociales tan bien arregladas como cuando eran empleados, pero no se cambiarían por nadie. «John gana el doble o el triple que antes y yo disfruto de mi independencia y atiendo a mi familia», afirma Fieke, satisfecha.

Los servicios o productos que ofrecen las empresas unipersonales son muy diversos: consultores, publicistas, taxistas, albañiles, secretarias, artistas… Las motivaciones también varían. En Amsterdam encabezan la lista las empresas de servicios, consultores, industria y construcción. La flexibilidad no siempre supone un horario por debajo de las cuarenta horas: para algunos la semana laboral es de 30 horas y para otros, de 50.

Hasta hace unos años, las empresas unipersonales no estaban bien vistas por los sindicatos, que las consideraban competencia desleal para los trabajadores fijos, por estar siempre dispuestas a prestar servicios por menos dinero. Dado que esto solo ocurre en el caso de los autónomos por necesidad, que son uno de cada cinco, los prejuicios han caído y ahora las empresas unipersonales tienen su propia organización profesional dentro del sindicato FNV: la Asociación de Independientes sin Empleados, que les presta asesoramiento jurídico y reducciones en seguros colectivos de enfermedad o incapacidad laboral.

El éxito de semejantes empresas depende en gran parte de las ayudas oficiales y ventajas fiscales para quien quiere empezar una. Lidia Atema, del Startercentrum West, oficina asesora del distrito oeste de Amsterdam, explica la ayuda que ofrecen a principiantes: «Trabajamos con subsidios de ‘Política de las Grandes Ciudades’, institución gubernamental que distribuye los subsidios a través de los ayuntamientos. Ofrecemos asesoramiento personal gratuito para quienes quieren empezar una empresa. La ayuda incluye estudio del mercado, realización de un plan de empresa, búsqueda de local y asesoramiento jurídico. Si no tienen muchos conocimientos, pueden seguir un curso nocturno de tres meses que solo cuesta 60 euros. Tenemos una idea aproximada de cuántos extranjeros participan, pero no pedimos el pasaporte para ofrecer nuestros servicios».

Existen subsidios, por ejemplo, para empresas que presenten planes muy innovadores o favorables para el medio ambiente. También hay ventajas fiscales, como la regulación «Tante Agaath», que concede deducciones de impuestos para quien apoye al capital inicial de algún miembro de su propia familia.

Carmen Montón

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