Holanda: Campaña contra la «economía de 24 horas»

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Amsterdam. Una campaña apoyada por seis mil parroquias de distintas Iglesias, más los sindicatos de mayor afiliación, democristiano y socialista, se desarrolla en Holanda en contra de la llamada «economía de 24 horas». Frente a las supuestas ventajas económicas de la producción y servicios ininterrumpidos, se alza la queja de que el trabajo debe tener unos límites y de los valores sociales no pueden ser sustituidos por criterios exclusivamente económicos.

El horario laboral ininterrumpido fue introduciéndose paulatinamente en la cultura empresarial holandesa para hacer frente a la competencia internacional. Pero dicho sistema, que hasta ahora se consideraba como modelo de flexibilidad laboral, generador de empleos a tiempo parcial y la manera de explotar los equipos día y noche, empieza a mostrar sus fisuras.

Cada vez funcionan en este país más empresas con turnos de trabajo para evitar el cese de la producción, el servicio al usuario o la oferta al cliente. Y la idea del ministro de Economía, G.J. Wijers, gran partidario de la «economía de 24 horas», es que siga extendiéndose. Los comercios amplían sus horarios de apertura. Y, como ejemplos recientes, Rotterdam inaugura una guardería que acoge a niños las 24 horas del día, y una tienda de Amsterdam ofrece día y noche sus servicios de fotocopiadora a estudiantes que acaban sus trabajos a media noche y tienen que entregarlos al día siguiente.

No hay duda de que estas ofertas pueden resultar muy útiles a determinadas personas; pero lo que los promotores de la campaña pretenden es que se evalúen los pros y los contras teniendo en cuenta al trabajador y a su familia, sin que el criterio supremo sea la economía.

Según el cardenal Simonis, que abrió la campaña, «sacrificar los momentos colectivos de descanso en aras de la economía refleja pobreza espiritual, disminuye la cohesión social y con ello hace más difícil la transmisión de valores y normas. Trabajar fuera de las horas establecidas como normales, resta posibilidades de hacer algo en clubs, con la familia o con los amigos». El portavoz de las Iglesias reformadas, R.S.E. Vissinga, habló también de la necesidad de momentos comunes de descanso, puesto que el hombre necesita relacionarse con otros y con el Otro con mayúscula, en la iglesia y en los cuidados mutuos.

Por motivos diferentes que las iglesias, entre los sindicatos, que en su momento acordaron con las patronales la flexibilidad laboral, crece también el malestar, porque no se sabe dónde va a acabar el proceso. En el congreso anual de la pequeña y mediana empresa holandesa, se presentaron los resultados de una investigación realizada por la Universidad Erasmus, de Rotterdam. Dos de las conclusiones eran que el concepto de flexibilidad laboral siempre se aplica para economizar en salarios y que los empleadores se sienten más responsables de los empleados fijos que de los que tienen horarios flexibles.

La campaña ha sido promovida con vistas a las elecciones nacionales que tendrán lugar el próximo mes de mayo y para influir en la ley de apertura de comercios, cuya revisión está prevista para este verano.

Carmen Montón

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