El sueño de muchos jóvenes de emanciparse y formar una familia en su propia casa cada vez resulta más difícil de alcanzar. Al incremento del precio de la vivienda durante las últimas décadas se ha sumado una bajada de su poder adquisitivo, por la reducción de los salarios durante los años de crisis. Y el panorama no parece que vaya a cambiar pronto.
Un refrán de marinos dice que un yate es un agujero que uno hace en el mar y por donde se acaba yendo todo tu dinero. De igual forma, la casa es para muchas familias un agujero hecho en la tierra por donde se pierden todos los ahorros.
Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, ha publicado nuevos datos (ver resumen) sobre la forma de alojamiento y su coste en relación a los ingresos a lo largo y ancho del continente. Además de los titulares sobre la mayor o menor proporción de personas viviendo de alquiler o con casa en propiedad, y sobre el tipo de hogar más frecuente (vivienda unifamiliar o piso), el informe resulta interesante para conocer qué grado de esfuerzo económico es necesario en cada país para poder costearse un techo.
Entre los jóvenes el problema es especialmente preocupante por la rebaja de su poder adquisitivo durante la crisis
De media, el porcentaje de ingresos dedicados a estos gastos (housing cost burden, HCB) era en 2014 del 17%. No obstante, es significativamente mayor entre los que viven en una casa alquilada (algo más del 25%, mientras que entre los que disfrutan de una vivienda en propiedad ronda el 15%) y en los hogares donde los ingresos no llegan al 60% de la media nacional, en los que uno de cada tres euros se va en esta partida.
Una carga demasiado pesada
En 2014, un 11,5% de los hogares europeos (UE 27) experimentaba una “sobrecarga de gastos relacionados con la vivienda” (housing cost overburden, HCO): estos costes (alquiler, hipoteca, préstamo, junto con la luz, el agua y la calefacción) consumían más del 40% de los ingresos disponibles (descontados los impuestos directos). Una vez más se aprecia la diferencia entre compra y alquiler: un 27% de las familias del segundo grupo se encontraba en esta situación, por solo un 7% de las que eran propietarias de su casa.
También hay diferencia en función del número de adultos en el hogar, y de si tienen hijos menores de edad a cargo. Contrariamente a lo que se podría pensar, el grupo con una mayor tasa de HCO es el de los núcleos familiares unipersonales (un 26% de ellos se encuentra en esta situación), sobre todo cuando el adulto es menor de 65 años: por debajo de este umbral el porcentaje llega al 30%. En cambio, de los solteros que viven con algún hijo a cargo, solo uno de cada cinco sufre HCO.
Los menores de 65 años que viven solos son el grupo con la tasa más alta de sobrecarga de gastos en vivienda
En los hogares donde viven dos adultos, la incidencia de HCO es mucho menor. La relación con el número de hijos no es directa. De los núcleos familiares sin menores a cargo, un 9% experimenta este problema; donde hay uno, el 10%; donde hay dos, el 8,5%, y donde hay tres o más, el 10%.
Por países, la tasa de HCO es muy alta en Grecia (más del 40% de los hogares). Le siguen, a distancia, Alemania, Dinamarca, Holanda y Reino Unido. Entre las naciones que menos sufren este problema están Francia, Finlandia, Austria y Croacia. No obstante, como señalaba un estudio de 2013, los datos objetivos no siempre se corresponden con la percepción subjetiva de la población. Por ejemplo, mientras que los hogares españoles y alemanes gastaban, respectivamente, el 18% y el 33% de sus ahorros en vivienda, los que consideraban estos gastos como una carga pesada para su economía eran el 48% en España y solo el 20% en Alemania.
El círculo vicioso que condena a los jóvenes
Tanto en Europa como en Estados Unidos, el HCB para los que viven de alquiler ha aumentado durante la última década, una tendencia que se ha acentuado desde 2008 en gran medida porque los sueldos de los jóvenes han sufrido especialmente los efectos de la crisis. La carga para los que son propietarios también ha crecido, aunque mucho menos, por lo que la brecha entre unos y otros se ha ensanchado.
Los hogares dedican un 17% de sus ingresos a gastos derivados de la casa. La proporción es significativamente mayor entre los que viven de alquiler
Como los jóvenes son más proclives al alquiler que a tener casa en propiedad –en gran medida porque no tienen ahorros para comprarla, y en parte porque prefieren la movilidad que permite el alquiler–, la tasa de hogares “sobrecargados” es significativamente mayor entre ellos. Si en el conjunto de la población europea esta es del 11,4%, entre las personas de 18 a 30 años llega al 14,2%. Por comparación, la de los mayores de 65 años se queda en el 10,6%.
Al dedicar gran parte de sus menguados ingresos a pagar el alquiler, muchos jóvenes no han podido ahorrar para comprar casa propia. Otros viven más tiempo con sus padres. Ambas tendencias están llevando a que se retrasen tanto los matrimonios como los hijos.
Según un estudio de la universidad de Harvard, el problema de la “sobrecarga de gastos” asociados a la vivienda, especialmente entre los que viven de alquiler, va a empeorar en la próxima década. Si los salarios y los precios de la vivienda continúan sus tendencias de los últimos años, en 2025 habrá en Estados Unidos 13,5 millones de hogares sobrecargados, un 14% más que actualmente. El aumento repercutirá especialmente en los más pobres y en los que, teniendo un sueldo mediano, no hayan podido ahorrar lo suficiente para comprar una casa en propiedad: por ejemplo, los jóvenes que hayan tenido que vivir siempre de alquiler.
La “generación del alquiler”
Esta espiral ha hecho que en Reino Unido se hable de la juventud actual como la “generación del alquiler”: nómadas que van de un apartamento a otro, incapaces de ahorrar lo suficiente para invertir en una casa o aumentar la familia. Muchos han perdido la esperanza hace tiempo. La mitad de los jóvenes encuestados para un informe de 2012 consideraban que no conseguirían comprar una vivienda en los próximos diez años, aunque el porcentaje de los que aspiran a ello (77%) era casi igual que el del resto de la población adulta.
No obstante, la relación entre datos objetivos y percepciones tampoco es directa cuando se refiere a los jóvenes. En cuanto a la tasa de HCO, Dinamarca, Holanda y Alemania (y no digamos Grecia) tienen valores muy superiores a los del Reino Unido. Por otro lado, aunque esta ha aumentado cinco puntos desde 2012 entre los jóvenes británicos de 25 a 29 años, la de 2014 (último dato que ofrece Eurostat) es siete puntos inferior a la de antes de la crisis. España está ligeramente por encima de la media, aunque supera claramente a los países de su entorno como Italia, Portugal o Francia. Además, es uno de los países donde el porcentaje de sobrecargados entre los hogares que viven de alquiler es más alto.
De los cuatro países con mayor porcentaje de familias viviendo de alquiler (Alemania, Austria, Dinamarca y Reino Unido), solo en los dos últimos la proporción de hogares en situación de HCO es superior a la media, aunque en todos salvo en Alemania la carga que tienen que soportar los que no son propietarios es especialmente gravosa si se la compara con la de los que sí han comprado su vivienda.