Concebir políticas sociales “a prueba de crisis”

publicado
DURACIÓN LECTURA: 4min.

La crisis económica de los últimos años ha tenido como consecuencia una mayor desigualdad social y un aumento de los grupos vulnerables. Tras haber afrontado los peores efectos económicos de la crisis, los países de la OCDE necesitan desarrollar políticas sociales que eviten que se prolonguen estas consecuencias.

Así lo recomienda el reciente informe Society at a Glance 2014, redactado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La crisis ha supuesto retrocesos en varios de los 34 países del grupo, pues si bien el gasto dedicado a apoyar a las familias, a las personas discapacitadas y a los desempleados se acrecentó durante los primeros momentos, esos sectores están en la actualidad bajo una fuerte presión, sin contar que, particularmente en el sur de Europa, el manto protector no cubrió a todos los necesitados.

Según la investigación, que toma 2007 como momento de irrupción de la crisis, el número de personas que hoy viven en hogares en los que no entra ningún ingreso derivado del trabajo se ha duplicado en Grecia, Irlanda y España, y ha subido un 20 por ciento o más en Estonia, Letonia, Italia, Portugal, Eslovenia y EE.UU.

También se observa que el 10% de hogares más pobres han experimentado, en términos proporcionales, una mayor pérdida en ingresos que lo que ha dejado de entrar en los bolsillos del 10% más rico. Así ha ocurrido en 21 de 33 países. En Italia y España, mientras que la renta del 10% más rico permaneció casi estable, la del 10% más pobre fue en 2010 más baja que en 2007.

El 10% de hogares más pobres han visto disminuir sus ingresos más que el 10% de hogares más ricos

El golpe de la incertidumbre
Otros datos invitan al pesimismo, pues comprometen el futuro de las sociedades del bienestar. Así, se refiere que los jóvenes de 18 a 25 años confrontan hoy un mayor peligro de caer en la pobreza, pues el número de ellos que vive en hogares con ingresos inferiores a la mitad de la media nacional se ha incrementado en un cinco por ciento en casos como el de España, Estonia y Turquía (algo menos en Irlanda y Reino Unido).

De igual modo, los gastos de educación en proporción al PIB han disminuido en la mitad de los países de la OCDE, con lo que también se volvieron más escasas las oportunidades de formación y superación de muchos jóvenes de familias de bajos ingresos. Ello repercute después en un horizonte laboral más estrecho y menos profesional, y por supuesto, en menores ingresos económicos.

En la misma línea va la tendencia a la caída de los índices de fecundidad, que ha pasado de 1,75 hijos por mujer en 2008 a 1,70, lo cual agudiza aún más los desafíos del envejecimiento demográfico y los apuros fiscales para financiar las pensiones y los cuidados asistenciales a los mayores. La incertidumbre económica está llevando a que más familias pospongan el tener hijos, o a que tengan menos.

La recuperación económica por sí sola no será suficiente para sanar las fracturas sociales

Reformas inaplazables y con perspectiva social
Los polvos del presente pueden ser, en efecto, los lodos del mañana. El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, señala que las consecuencias de la crisis podrán lastrar la vida de muchas personas por todavía un largo período.

“Para que nuestras sociedades continúen siendo prósperas y estables, es esencial que las políticas sociales apoyen a las familias en dificultades y aseguren que problemas de solución a medio plazo no se conviertan en desventajas a largo plazo”, afirma.

El economista mexicano entiende que una etapa de fuerte crecimiento puede ayudar a conjurar estos temores, pero que ello no basta. En la formulación de las políticas sociales, estas deben concebirse como sistemas que operen con mayor eficiencia, adaptados a la evolución demográfica y de los mercados laborales, y con un gasto mínimo en administración y burocracia.

“La recuperación económica por sí sola no será suficiente para sanar las fracturas sociales ni para que resurjan los más afectados por la crisis”, explica: “Los gobiernos deben poner en práctica políticas sociales efectivas para ayudar a sus ciudadanos a afrontar crisis futuras”.

Precisamente el informe de la OCDE da forma a algunos de los cambios que entiende necesarios. En primer lugar, aconseja tomar en cuenta el impacto que toda medida de consolidación fiscal tendrá en los más desaventajados. Si, por ejemplo, para reducir el déficit público, se le da un tijeretazo al gasto social, los sectores más vulnerables sufrirán más que si se decide subir los impuestos: la tendencia a un mayor consumo por parte de los menos golpeados por las turbulencias, dejará dinero en las arcas, mientras que retirarles ingresos y oportunidades a los que los necesitan desesperadamente, únicamente acaba por marginarlos, alejarlos del consumo, restarles oportunidades.

La organización aconseja, en este sentido, evitar recortar en beneficios de vivienda o en subsidios a las familias con hijos. Los esfuerzos deben centrarse en asegurarse de que estas personas sean beneficiadas rápidamente en cuanto las condiciones del mercado laboral mejoren.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.