Palabra. Madrid (1995). 319 págs. 1.900 ptas.
Esta biografía de Vicente Mortes contradice al lugar común de que ejercicio de la política y honradez cristiana son difícilmente compatibles.
El autor traza un atractivo perfil del que fue Ministro de la Vivienda, desde la infancia en el seno de una humilde familia valenciana, pasando por los años de su brillante carrera como ingeniero, empresario y político, hasta la etapa final de una grave enfermedad llevada con garbo humano y sobrenatural. Al hilo de la vida de Mortes se plasman ideas tan atractivas como la de la legítima autonomía de que gozan los cristianos en lo temporal, o la de un trabajo profesional realizado con perfección, por amor a Dios. En este sentido Álvarez acierta al mostrar cómo la vocación de Mortes como miembro del Opus Dei ilumina su actuación profesional, sin condicionar el ejercicio de la libertad.
El concepto que Mortes tiene de la política como servicio a la sociedad le hace ganarse el respeto de partidarios y adversarios. Así lo demuestra el testimonio de Fernando Suárez acerca de una sesión parlamentaria en la que polemizaron él y Mortes, al decir que «en el horizonte de enemistades que me procuró aquella actuación no figuró jamás quien tenía quizá más motivos para sentirse molesto, que era precisamente Vicente Mortes».
José María Aresté