Una espada al atardecer

Plataforma.

Barcelona (2013).

640 págs.

30 €.

Traducción: Francisco García Lorenzana.

TÍTULO ORIGINALSword at Sunset

GÉNERO

Hay que aplaudir que Plataforma editorial esté publicando en castellano, por fin, las novelas de Rosemary Sutcliff. Es una pena, sin embargo, que una novela como esta, considerada por algunos la más poderosa de toda su producción, haya llegado a las librerías sin una buena revisión de erratas. Como, además, los lectores naturales de Sutcliff no son los de los best-sellers sino los que aprecian la calidad literaria, estos fallos se acusan más. También, dado el tipo de relato, hubiera sido conveniente un buen mapa, o varios, más claro que el actual.

En la nota introductoria Sutcliff explica que, de acuerdo con los datos de los historiadores y de los arqueólogos, detrás de la leyenda artúrica no hay un caballero de armadura reluciente, ni Mesa Redonda, ni un Camelot, sino un jefe de guerra romano-britano del siglo V al que le pareció que valía la pena luchar por “los últimos destellos de la luz de la civilización cuando las tinieblas de la barbarie llegaron como una gran inundación”.

De acuerdo con esto, “a partir de fragmentos de hechos conocidos, de similitudes, de deducciones y de puras y simples suposiciones”, presenta “el tipo de hombre que pudo ser ese jefe de guerra y la historia de su larga lucha”. Es él mismo quien la cuenta cuando, después de su última batalla, recuerda su pasado. Se mantienen, eso sí, los elementos básicos de la leyenda artúrica: “el pecado que lleva consigo su propio castigo; la Hermandad rota por el amor entre la esposa del líder y su amigo más íntimo”; y “el Rey Sagrado, el líder cuyo derecho divino en última instancia le lleva a morir por el pueblo”.

La escritora dedicó a esta novela mucho tiempo y, cuando la comenzó, después de varios intentos fallidos, vio que debía usar la primera persona y no, como había hecho siempre, la tercera. El relato empieza pocos años después del final de su obra Los guardianes de la luz, donde aparecía ya el joven Artos el Oso, hijo ilegítimo de Utha, hermano mayor de Ambrosio, el Alto Rey de Britania.

Con poco más de veinte años, Artos, un joven muy alto, fuerte y diestro, forma una Compañía de trescientos hombres a caballo para combatir, allí donde aparezcan, a los Lobos del Mar, los invasores sajones, y a sus aliados del interior de la isla. Para eso prepara, previamente, unas nuevas camadas de caballos, más altos y robustos que los que tenían hasta entonces. Su éxito militar y humano crecientes contrastan con las insatisfacciones personales que provendrán del hijo que tuvo en su juventud, Medraut, y de sus faltas de tacto en las relaciones con su esposa, Guenhumara.

La narración es pausada, como es habitual en la autora y como corresponde al tipo de narrador. Las descripciones son magníficas. La crueldad de algunas acciones y batallas están varios peldaños por encima de otras novelas anteriores de la autora y por eso no se la suele considerar juvenil. Quedan bien perfilados los personajes principales, sin frivolidad alguna, como a veces ocurre cuando llega el momento de narrar el enamoramiento entre Guenhumara y Bedwyr, el segundo de Artos, muy distinto al Lancelot habitual en otras versiones o recreaciones. Tanto los momentos de amistad como los de confrontación tienen mucha intensidad.

No falta el guiño habitual de Sutcliff a Kipling en el “buena caza” que los hombres se desean unos a otros ni los toques que unen esta novela con las previas y posteriores de la autora. Al modo de los héroes de grandes novelas inglesas escritas en la misma década –tan diferentes entre sí como El Señor de los anillos, de Tolkien, o la trilogía Espada de honor, de Evelyn Waugh–, también Artos y sus compañeros hacen frente a su tarea con la conciencia clara de que les espera la derrota. Cuando Artos le pregunta a Ambrosio cuánto tiempo cree que podrán resistir antes de que les engulla definitivamente la oscuridad, Ambrosio responde: “Solo Dios lo sabe. Si hacemos bien tu trabajo y el mío, quizás otros cien años”.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.