Siempre promete amanecer

Siempre promete amanecer

EDITORIAL

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2024)

Nº PÁGINAS98 págs.

PRECIO PAPEL15 €

GÉNERO

“Por la falta de estudiar a los mitos, nos hemos quedado sin ritos. La muerte, así como la vida, ha dejado de ser un arte. Se ha olvidado su belleza, ha perdido su honor, su sentido. Pertenecemos a un mundo que ha roto con la tradición, con lo más íntimo del ser y la creencia”.

Tal afirmó Ignacio Eufemio Caballero el día de la presentación de este poemario. Estamos ante diecisiete poemas con los que el autor no sólo expresa el dolorido sentir de su alma tras la muerte de su abuelo, sino que, además, convierte esa muerte en la mecha que enciende una posterior conversión y redención, que transforma lo vivido “en instrumento de salvación”.

“¿Qué alma se cura de una pérdida tan grande?”, se pregunta el autor al final de las poesías, en un texto en el que brevemente explica en prosa el origen del libro. Su proceso de recuperación pasa por escribir este poemario, para el que ha encontrado, después del abrumador sufrimiento, la fuerza necesaria para “proteger todo aquello que fue suyo” con la poesía. Predomina en todo momento un sentimiento de agradecimiento por los años compartidos juntos, por el aprendizaje y el orgulloso contacto con su abuelo, además de una agradable “obligación” de mantener viva su memoria.

Pero no se queda el autor, sin más, en describir de manera poética, con imágenes originales y con unos poemas condensados, breves, directos, el impacto en su alma de la muerte del abuelo. Hay más.

A esta sensación de hachazo y pérdida, dedica Caballero la parte I del poemario, titulada “Lamento”, donde los versos apuntan a esta sensación de sentirse “náufrago”. La parte II lleva por título “Conversión”, y en ella el autor avanza en la búsqueda de encontrar un sentido trascendente a todo lo sucedido. El encuentro con la muerte es, en esta parte, el descubrimiento de “la esperanza en la vida eterna”. La muerte de su abuelo tiene sentido en el más allá. Pero ese hallazgo personal ha transformado de manera radical al poeta.

El proceso de cambio interior culmina en la parte III, “Amanecer”, donde se multiplica el deseo de “volver” a encontrarse con el abuelo en una vida futura, mucho más completa y plena, “porque siempre promete amanecer”, en referencia explícita al título esperanzado del libro.

“Discípulo de tu recuerdo”. Así se define el autor, quien ha descubierto que escribiendo “después del silencio, de la calma y de las lágrimas vertidas”, también se puede vencer “a la muerte”, “a la tuya, / a la nuestra que pronto llegará”.

Poema elegíaco, hondamente humano, con aspiración de íntima trascendencia, con el que el autor desea también anclarse e identificarse con una persistente tradición literaria, desde Jorge Manrique a Miguel Hernández, donde la presencia angustiosa de la muerte se transforma, verso a verso, en un esperanzado proceso de aceptación de la soledad, de piadoso homenaje al ser querido, de profunda conversión personal, de apacible consuelo y generoso y desbordante amor.

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