Sugerencias de literatura infantil y juvenil (Navidad 2010)

Como todos los años, ofrecemos una selección de libros para niños y jóvenes publicados en 2010, que pueden dar ideas para regalos. Completa la selección correspondiente al primer semestre de 2010 que hicimos este verano.


ÁLBUMES ILUSTRADOS PARA PEQUEÑOS

 

Lucy Cousins. ¡Ñam, ñam! Mis primeros cuentos infantiles favoritos (Yummy: My Favourite Nursery Stories, 2009). Parramón, 2010; 124 pp.; col. Libros mágicos; trad. de Isabel Llasat Botija; ISBN: 978-84-342-3676-9.

Simpático libro de la creadora de Maisy. Son unas versiones muy sencillas, pero se podría decir que con el argumento íntegro, de Caperucita, Las tres cabritas, El nabo más grande del mundo, La gallina Marcelina, Ricitos de Oro, la gallinita roja, Los tres cerditos, Los músicos de Bremen. Son un buen primer acercamiento a esos relatos también porque, como saben quienes conocen a la autora, sus coloristas ilustraciones tienen calidad y un gran tirón con su público natural de prelectores.

Ayano Imai. La oveja número 108 (The 108 th Sheep, 2006). Madrid: Macmillan, 2010; 24 pp.; no indica traductor; ISBN: 978-84-7942-566-1.

Paula, una niña que ha intentado todos los remedios para dormir, no lo consigue. Se pone a contar ovejas pero la oveja 108 no puede saltar por encima del cabecero de su cama y bloquea el paso de las demás, aunque todas ellas y la misma Paula intentan ayudarle a saltar.

Relato gracioso. Las ilustraciones van en recuadros grandes en cada página y el texto va con las imágenes de las páginas izquierdas. Con frecuencia tanto las ovejas como Paula se salen del marco de los recuadros, un recurso que también alude a la confusa frontera entre lo real y lo soñado. Un pequeño acertijo visual completa el libro.

Claudia Ranucci. ¡Splash! (2010), ¡Achís! (2010), ¡Cataplof! (2010). Texto de Victoria Pérez Escrivá. Zaragoza: Edelvives, 2010; 34 pp.; col. Texto en letras mayúsculas; ISBN: 978-84-263-7379-3, 978-84-263-7380-9, ISBN: 978-84-263-7381-6.

Tres álbumes semejantes en su construcción gráfica y en su argumento. ¡Splash! es sobre el señor Tomás y su manguera, que a veces cobra vida propia. ¡Achís! es sobre el señor Florencio y una escoba, que parece ser alérgica al polvo. ¡Cataplof! es sobre la señora Julia, una mujer muy gorda, y la silla en la que se sienta.

Los relatos son amables y están bien contados, se leen y ven con gusto por sus aires «caseros» y cercanos, y tienen leves golpecillos graciosos. Cada una de las ilustraciones y su secuencia son claras: la composición de cada doble página es limpia y abunda el espacio en blanco, las figuras son expresivas y en muchas escenas hay toques simpáticos.


ÁLBUMES ILUSTRADOS PARA PRIMEROS LECTORES

Shirley Hughes. Peluche (Dogger, 1977). Flamboyant, 2010, 32 pp.; trad. de Helena Martín Milanes; ISBN: 978-84-937436-8-0.

David, un niño de pocos años, se siente particularmente unido a su muñeco Peluche. Cuando, en un festival escolar, lo pierde, se siente inconsolable. Al fin lo encuentra pero en manos de otra niña.

Relato de los que hablan de las relaciones entre hermanos y de la vinculación afectiva entre un niño y sus juguetes. Todo está muy bien conducido, desde la presentación de los personajes, pasando por la forma de provocar identificación con el sufrimiento del protagonista, hasta llegar a una estupenda resolución, inesperada para el protagonista y, normalmente, también para el lector. Excelentes ilustraciones, individuales y de grupo, las que reflejan los sentimientos de los personajes y las que muestran momentos de bullicio y movimiento.

David Small. La señora de los libros (That Book Woman, 2008). Texto de Heather Henson. Barcelona: Juventud, 2010; 40 pp.; trad. de Carlos Mayor; ISBN: 978-84-261-3785-2.

Álbum homenaje al trabajo de unas mujeres bibliotecarias que, en los años treinta del siglo XX, distribuían libros en granjas dispersas en los montes Apalaches de Kentucky.

El narrador, un chico llamado Cal, que ayuda a su padre en los trabajos de la granja, se sorprende y desconfía cuando ve cómo una señora trae libros regularmente a su casa, con gran entusiasmo de su hermana Lark y de sus padres. Pero, poco a poco, caen sus reticencias hacia la lectura.

La fuerza que del relato está subrayada por los excelentes dibujos, que presentan bien los escenarios y las reacciones propias de cada uno de los personajes.

Suzy Lee. Sombras (Shadows, 2010). Granada: Barbara Fiore, 2010; 40 pp.; ISBN: 978-84-937506-5-7.

Álbum sin palabras con un argumento que captura muy bien el abandono entusiasta con el que un niño se deja llevar por los juegos que crea con su imaginación, y que se puede alinear con otras historias en las que los juguetes tienen vida propia cuando nadie los ve.

En las guardas iniciales, en negro, una palabra en la parte superior: «¡Click!». En la siguiente doble página, en la parte superior vemos una niña, rodeada de objetos, en una especie de desván; en la parte inferior vemos las sombras de todos esos objetos. A continuación, la niña empieza a moverse y jugar con los objetos, con lo que también las sombras de abajo van moviéndose.

Las ilustraciones son dibujos a carboncillo sobre fondo blanco. El álbum está gráficamente muy bien pensado pues desde que se abre hasta que se cierra, en los dos casos con un «¡Click!», encajan bien todos los pasos.

Sonja Bougaeva. Malena Ballena (Marlène Baleine, 2009). Texto de Davide Cali. Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2010; 28 pp.; trad. de Juan Gabriel López Guix; ISBN: 978-84-92412-59-4.

Álbum que habla de aceptación sensata y bienhumorada de uno mismo.

El profesor de natación de la niña protagonista, gorda y acomplejada, le da buenos consejos para que se olvide de las burlas de sus compañeros y de su propia gordura. Aunque algunas de las observaciones que le hace son demasiado voluntaristas, es una buena narración:la historia está bien, las imágenes desprenden una gran simpatía, el álbum como tal está bien confeccionado. Algunas dobles páginas están armadas con una ilustración que cubre una página y, en la opuesta, va el texto junto con algunas escenas menores. Otras dobles páginas están ocupadas íntegramente por la ilustración: aquellas donde se mezcla la realidad con la imaginación de Malena y la de la escena final.

Jimmy Liao. El monstruo que se comió la oscuridad (The Monster Who Ate the Darkness, 2008). Texto de Joyce Dunbar. Granada: Barbara Fiore, 2010; 56 pp.; trad de Carles Andreu y Albert Vitó; ISBN: 978-84-937506-4-0.

Relato acerca del miedo a la oscuridad que tienen los niños. Tiene un giro argumental inicial que lo hace diferente a otros que tratan sobre la cuestión pero, en cualquier caso, se dirige a que el niño sepa ver de modo amable la oscuridad que teme.

Lorenzo pensaba que bajo su cama había un monstruo…, y así era: un monstruo minúsculo supervoraz, que come y come toda la oscuridad que se pone por delante, con lo que va engordando hasta que en todo el planeta no quedan sombras ni posibilidad tampoco de sueños.

Desde un punto de vista gráfico, los seguidores de Jimmy Liao no deben esperar aquí la riqueza imaginativa de sus propias historias, aunque sí encontrarán, de nuevo, a un gato como compañero del protagonista y, naturalmente, podrán comprobar con qué talento compone las ilustraciones.


ÁLBUMES ILUSTRADOS PARA LECTORES ALGO MÁS MAYORES

Chema Román. Una aldea en tiempos del románico (2009). Texto de Jaime Nuño González. Palencia: Fundación Santa María la Real, 2009; pp.; ISBN: 978-84-89483-56-9.

Buen álbum de conocimientos. En veintiocho dobles páginas se muestran distintos aspectos de la vida de una aldea medieval inspirada en un pueblo del norte de Palencia. La estructura —una ilustración grande a la derecha, textos con dibujos y otras ilustraciones pequeñas a la izquierda— está bien pensada para facilitar la lectura. Las explicaciones son sobrias y precisas, y las ilustraciones son claras y coherentes. Tal vez le falta un capítulo más sobre los rasgos espirituales básicos de la Edad Media, justo los que explican el modo de vivir de la gente: todo lo que se muestra.

Roberto Innocenti. La casa (The House, 2009). Texto de J. Patrick Lewis. Sevilla: Kalandraka, 2010; 64 pp.; trad. de Silvia Pérez Tato; ISBN: 978-84-92608-23-2.

Vicisitudes que sufre una vieja casa de campo, construida en 1656, a lo largo del siglo XX. Al comenzar el siglo la vemos medio derruida, como un lugar de juegos para los niños y al final la vemos completamente transformada. Entre medias, la casa sufre distintas modificaciones y, a su alrededor, ocurren muchas cosas.

La historia se cuenta, sobre todo, por medio de quince dobles páginas con una gran ilustración que muestra la casa y su entorno siempre desde la misma perspectiva. En ellas se pueden ir viendo los cambios que sufre tanto su aspecto externo como la distinta gente que la ocupa o que juega o trabaja en los alrededores. Además, en las dobles páginas que van entre cada una de las ilustraciones grandes, hay una o dos ilustraciones pequeñas en la izquierda y un texto corto en la derecha.

Pau Estrada. Pippo el Loco (Pippo the Fool, 2009). Texto de Tracey E. Fern. Barcelona: Juventud, 2010; 42 pp.; trad. de Teresa Farrán; ISBN: 978-84-261-3783-8.

Álbum que cuenta cómo el joven arquitecto renacentista Filippo Brunelleschi está empeñado en ganar el concurso para ser el constructor de la cúpula de la Catedral de Florencia y, cuando lo gana, cómo ha de luchar con un competidor poco leal para realizar su obra. La historia es estupenda y atrae por lo que tiene de conflicto competitivo y de lección de perseverancia frente a las dificultades; también por sus conclusiones de que, al fin, lo que más mueve no son los beneficios y la gloria sino la misma satisfacción del trabajo bien hecho y de ver reconocido el mérito. La realización del álbum es magnífica: las ilustraciones, ricas en detalles, reproducen con fidelidad distintos ambientes y escenas de la ciudad, así como herramientas y recursos del trabajo arquitectónico de la época.


NARRATIVA PARA NIÑOS

Marisol Ortiz de Zárate. La canción de Shao Li (2009). Barcelona: Bambú, 2010, 2ª ed.; 153 pp.; col. Exit; ISBN: 978-84-8343-058-3.

Natalia cuenta lo que les sucedió a ella y a su hermano Airon en Londres, el año 2013, cuando tenía unos doce años. Natalia había sido seleccionada para participar en un programa televisivo titulado «Un minuto de gloria», que tendría lugar el día de Nochebuena, pero, en el viaje en metro desde el aeropuerto hasta el centro de Londres, se pierden y vagan por la ciudad durante horas. Natalia vuelve atrás algunas veces para contar hechos de su infancia que explican su situación actual, y, en particular, su amistad con una niña china llamada Shao Li.

La historia tiene tensión, es deudora de los relatos populares donde los niños se pierden en el bosque y han de reencontrar su camino y, a su modo, también se podría llamar dickensiana. Es destacable la naturalidad de la narración y de los diálogos.

Ian Beck. La historia secreta de Tom Trueheart (The Secret History of Tom Trueheart, 2006). Madrid: Palabra, 2010; 265 pp.; col. la mochila de Astor; trad. de Luis Antonio de Larrauri; ISBN: 978-84-9840-377-0.

La familia Trueheart, compuesta por la madre y siete hermanos, pues el padre desapareció hace tiempo en una misión, es la última de las grandes familias aventureras. Todos los hermanos son aventureros profesionales menos Tom, el pequeño, a punto de cumplir doce años. Cuando ninguno regresa para su cumpleaños, el Ministerio de Relatos toma cartas en el asunto y encarga una misión a Tom: entrar en el País de las Historias Fantásticas para buscar a sus hermanos y conseguir que puedan finalizar sus aventuras.

Relato con un planteamiento ingenioso que respira buen humor. El lector que conoce los cuentos originales siente curiosidad por ver cómo se va enredando y desenredando todo. Es también certera la idea detrás de toda la historia:que sea un niño como Tom, en definitiva el lector, quien termine las historias y, al final, sea su principal protagonista.

Ian Beck, Tom Trueheart y el País de las Historias Oscuras. (Tom Trueheart And The Land Of Dark Stories, 2009). Madrid: Palabra, 2010; 320 pp.; col. la mochila de Astor; ISBN: 978-84-9840-489-0.

Segundo libro de la trilogía que comenzó con La historia secreta de Tom Trueheart. Comienza con los preparativos para la boda de cinco Trueheart, con sus novias -Blancanieves, Cenicienta, Rapunzel, Dalia y la Bella Durmiente-, y con el desasosiego del pequeño Tom, que debe hacer de paje. En medio de la boda reaparece el malvado Rocolmedo, que desea terminar con el mundo seguro y acogedor en el que los relatos tienen soluciones bonitas y finales felices, por lo que impide las bodas y se lleva secuestrados a príncipes y princesas al País de las Historias Oscuras. El relato es igual de ameno que el anterior.

Rodrigo Muñoz Avia. Mi hermano el genio (2010). Barcelona: Edebé, 2010; 182 pp.; col Tucán; ilust. de Jordi Sempere; ISBN: 978-84-236-7826-6.

Buen relato de vida familiar, del mismo tipo que Los perfectos, otra obra del autor de hace un año.

Lola, diez años, jugadora del equipo de fútbol de su colegio, habla de su vida familiar, dominada porque su hermano Gracián, mayor que ella, es un pianista prometedor a quien sus padres, y especialmente su madre, consideran un genio. El conflicto estalla cuando sus padres quieren que Lola vaya a ver un concurso que puede ganar su hermano y que, por ese motivo, no juegue un partido de fútbol importante.

El obvio acento crítico hacia actitudes como la de la madre de Lola es amable y no está recargado. La narración es divertida pues Lola es una chica simpática y, por momentos, muy chistosa.


NARRATIVA JUVENIL

Jacqueline Kelly. La evolución de Calpurnia Tate (The Evolution of Calpurnia Tate, 2009). Barcelona: Roca editorial, 2010; 268 pp.; trad. de Isabel Margelí; ISBN: 978-84-9918-103-5.

1899, Fentress, ciudad al sur de Austin, Texas. La narradora, una lista chica de casi doce años, es Calpurnia Virginia Tate. Su familia es pudiente; su padre posee una máquina limpiadora de algodón; su madre desea que aprenda cocina y bordado; y el personaje decisivo es su abuelo, un naturalista seguidor de las teorías darwinistas que hace de Calpurnia su discípula y colaboradora.

La novela retrata la familia y la sociedad en la que vive la protagonista por medio de una sucesión de incidentes. La principal tensión viene de los choques entre los deseos de Calpurnia de hacer unas cosas y los deseos de su madre de que aprenda y haga otras. Además, su abuelo y ella descubren una nueva especie de algarrobo y esperan que las sociedades científicas lo reconozcan. Otros episodios podrían llamarse costumbristas.

La novela es amena aunque algunos tramos dedicados a las observaciones de campo y a las anotaciones en su libreta de Calpurnia ralentizan algo la narración y tienen el claro propósito de avivar el interés por el trabajo científico.

Alan Bradley. Flavia de los extraños talentos (The Sweetness at the Bottom of the Pie, 2007). Barcelona: Planeta, 2009; 423 pp.; trad. de Montse Triviño; 423 pp.; ISBN: 978-84-08-08846-2.

1950, verano, pequeña ciudad inglesa llamada Bishop’s Lacey. En la gran casa de Buckshaw vive la familia De Luce, compuesta por el padre, viudo, completamente absorto en su ocupación de filatelista; las hijas mayores, Ophelia and Daphne, absortas a su vez con sus intereses amorosos y sus novelones; y la protagonista y narradora, Flavia, que se pasa el tiempo en un laboratorio heredado de su madre, a la que no llegó a conocer pues falleció cuando ella era muy pequeña. Un día Flavia oye una violenta y confusa conversación entre su padre y un desconocido, a quien encuentra moribundo, a la mañana siguiente, en su huerto.

La novela, que al principio parece tener aires góticos por el misterioso caserón donde viven los De Luce y por las inquietantes jugarretas que Flavia gasta a sus hermanas, se convierte luego en una novela policiaca que se centra en aclarar no sólo los misterios del presente sino también los del pasado. Lo sobresaliente de la historia está en Flavia, que cuenta las cosas muy bien, tiene unos excepcionales conocimientos de química, y es descarada, mentirosa, entrometida e insistente hasta decir basta.

Santiago Herraiz. Llora Jerusalén (2009). Madrid: Bruño, 2009; 176 pp.; col. Paralelo Cero; ISBN: 978-84-216-6293-9.

Nora, una chica de dieciséis años que vive con sus abuelos en Jerusalén, comienza su narración cuando una compañera de clase se suicida en un atentado terrorista en el que mueren varias personas más. Pocos días después, en una celebración familiar a la que ha sido invitada por su amiga Fátima, Nora es testigo de cómo un primo de Fátima, Ahmed, un chico de pocos años, es alcanzado por una bala disparada por soldados israelíes. En medio de la irracionalidad de los atentados suicidas y de las decisiones políticas y militares que azuzan más el odio, Nora ve cómo hay quienes optan por el perdón y también conoce por fin quiénes fueron sus padres.

Relato intenso que no da respiro al lector. Nora es una chica lista que desea comprender y que es capaz de mantener una gran entereza en situaciones límite. Su narración muestra las distintas caras del conflicto por medio de sus reflexiones y de sus conversaciones. A través del comportamiento de algunos personajes, se acentúa el valor de quienes optan por el perdón e intentan actuar con sentido de la justicia. Se puede objetar que los diálogos son demasiado buenos y, por tanto, irreales tal como están contados, pero es cierto que la literatura, y en particular la literatura juvenil, también es eso: hacer más corta una historia larga, hacer comprender más con menos.

James Thurber. Los trece relojes (The 13 Clocks, 1950). Barcelona: Ático de los libros, 2010; 121 pp.; ilust. de Marc Simont; trad. de Joan Eloi Roca; prólogo de Neil Gaiman; ISBN: 978-84-937809-2-0.

El malvado duque del Castillo del Ataúd mató el Tiempo y, por eso, los trece relojes de su castillo están parados a las cinco menos diez. Cuando el misterioso trovador Xingu pide la mano de Saralinda, la sobrina del duque, la prueba que debe cumplir es conseguir mil piedras preciosas en noventa y nueve horas y regresar cuando los relojes que nunca dan las cinco marquen esa hora. Menos mal que cuenta con el consejo de un personaje tan inolvidable como el olvidadizo Gólux.

Relato que, si atendemos a su sentido de la ironía y a los giros extravagantes de su argumento, no es un libro infantil sino un libro para ciertos lectores que disfrutan especialmente con el nonsense y los ejercicios de ingenio. Pero sí podemos considerarlo infantil si pensamos en lectores-oyentes especiales: tiene un gran valor como lectura en voz alta (en inglés), pues son muchos los juegos con el lenguaje:hay rimas internas y muchas palabras y frases que suenan muy apropiadas a lo que se cuenta.

Uno de sus principales méritos es el de estar en el origen de la numerosa fantasía humorística y autoreferencial que fue llegando décadas después.

Alessandro D’avenia. Blanca como la nieve, roja como la sangre (Bianca come il latte, rossa come il sangue, 2010). Barcelona: Grijalbo, 2010; 224 pp.; trad. de César Palma; ISBN: 978-84-253-4424-4.

Leo, un chico de 16 años que escribe muy muy bien, habla de su vida familiar y colegial, y cuenta su amor por Beatrice —con quien al principio todavía no ha hablado—, su amistad con Silvia —que le ayuda continuamente en clase—, y con Niko —su amigo del alma con quien sale y juega al fútbol—, y su relación con un joven y nuevo profesor de literatura al que llama el Soñador. Pero, antes de que le pueda decir a Beatrice lo que siente por ella, se entera de que tiene leucemia.

Novela de profesor en la que los incidentes del argumento van directos a tocar el corazón de los lectores, y, sobre todo, lectoras. El narrador alterna descripciones poéticas, con desahogos críticos hacia el mundo adulto y las cosas que no entiende. Alterna escenas de clase, de deporte, de calle, de casa, y de hospital; tampoco faltan comentarios cómicos.

Rosemary Sutcliff. Desterrado (Outcast, 1955). Barcelona: Plataforma Editorial, 2010; 300 pp.; trad. de Juan M. Valcárcel; ISBN: 978-84-96981-00-3.

Relato ambientado en la época del dominio de Roma sobre Britania.

Beric, un niño romano de pocos meses que sobrevive a un naufragio, es educado en una tribu celta como uno más. Cuando tiene dieciséis años es desterrado debido a que un druida atribuye a su presencia las desgracias que sufre su pueblo. Luego es engañado por un mercader griego y hecho esclavo. En Roma es comprado por un magistrado romano de cuya casa termina huyendo. Capturado de nuevo, es condenado a galeras que, al cabo de un tiempo, han de navegar hasta Britania.

Como en las demás novelas de Sucliff, el protagonista es un hombre desplazado y maltratado por la vida. Esta vez, aunque no tenga ni ninguna tara física como en otras ocasiones, las desgracias van cayendo sobre él hasta casi abatirle por completo. Se presentan con contención varias escenas brutales de peleas y de castigos. Con sus descripciones precisas y poéticas, la autora tiene una gran capacidad de poner en pie a los personajes y de dar vida a lo que ocurre, así como un notable poder de conducir al lector a reflexiones de más alcance.

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