Aleksandr I. Herzen (Moscú, 1812-París, 1870), escritor y filósofo ruso, fue hijo ilegítimo de un noble de la aristocracia rusa y una joven alemana, circunstancia que le marcaría en su manera de entender la vida y una realidad social que refleja en sus novelas a través de unos personajes pertenecientes a una aristocracia claramente decadente. Sus ideas políticas en torno al socialismo utópico le acarrearon varios exilios tanto dentro como fuera de su país, y la censura estuvo pendiente de sus escritos. ¿Quién tiene la culpa? (1847), su novela más significativa, presenta una temática política y una manifiesta crítica social.
Alekséi Abrámovich, militar retirado, de su porte elegante de antaño solo conserva la elevada estatura. Convertido en terrateniente malhumorado y despótico, comparte con su esposa, una aristócrata venida a menos, la obesidad, el descuido en el atuendo y unos modales bruscos y vulgares. En su casa de campo imperan el aburrimiento, el tedio y la ociosidad. Para completar el cuadro, hay un hijo de trece años dotado de pocas luces. En este ambiente entra a trabajar como preceptor del muchacho Dmitri Iákovlich, un joven tímido de origen humilde.
En la misma casa vive también Liúbonka, una hermosa joven, hija ilegítima del terrateniente y acogida por su esposa desde niña, aunque haciéndole consciente de su papel secundario en la familia. Pronto los dos jóvenes se descubren como almas gemelas. Entre ellos surge un amor verdadero que conducirá a Dmitri y a Liúbonka a un matrimonio feliz. En su hogar anida la alegría; sin embargo, y sin saber de quién puede ser la culpa, en ese nido de felicidad podría haber quedado un hueco para la alimaña, alguien que sibilinamente podría dejar su casa completamente devastada.
Herzen, como narrador, se dirige continuamente al lector como interlocutor mientras va exponiendo un cuadro costumbrista de la realidad social de su época, en la que la fuerte división jerárquica facilita los vicios socialmente aceptables, la hipocresía, la inmoralidad, los enredos familiares y el privilegio de unos pocos.
El sarcasmo, la ironía y el sentido del humor son notas utilizadas de manera inteligente en una argumentación ágil y elegante, dividida en capítulos con los que se va dando entrada a cada uno de los personajes