Mujer y cambio social en la Edad Moderna

Encuentro. Madrid (2009) 311 págs. 25 €.

GÉNERO,

No es frecuente encontrar a una especialista en Historia Moderna que conozca a fondo el feminismo en su teoría y en su praxis. La profesora María Antonia Bel, profesora titular de Historia Moderna en la Universidad de Jaén, es un ejemplo de esa simbiosis poco corriente. Es éste el tercer volumen que dedica al estudio de las mujeres y la familia en la historia.

La autora inicia su obra presentando sus bases metodológicas: archivos consultados, valoración de los escritos de humanistas y arbitristas modernos, sin minusvalorar el acervo de la literatura de la época.

¿Cómo observar el pasado para entender el hoy? Esta es la cuestión planteada y su respuesta es buscar las raíces de la historia sin olvidar la antropología.

El historiador no puede pasar por alto, por ejemplo, que cada sujeto historiable ha nacido en una determinada familia y procede de tal comarca y se encuadra en unas coordenadas: de poco sirve estudiar el contexto, sin profundizar en el sujeto (en este caso las mujeres de la Edad Moderna) en sus circunstancias concretas.

A continuación, la autora introduce al lector en las principales corrientes sobre la historiografía femenina: historia de las mujeres, historia feminista, gender history e historia feminista postmoderna. Ella, por su parte, se decanta por una historia de las mujeres de la Edad Moderna en su ámbito familiar y entorno religioso, donde el parentesco, la vecindad, las manifestaciones de la fe popular, la parroquia, la educación, el honor y la honra toman carta de naturaleza.

A través de estas realidades sociológicas las mujeres han estado presentes en la historia Moderna, a pesar de ser excluidas, salvo contadas excepciones, de la vida política, económica y cultural. Entre esas rara avis señala los ejemplos de tres mujeres emparentadas entre sí, que fueron capaces de no disociar la vida personal de la política: Isabel la Católica, su hija Catalina de Aragón e Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II.

A la reina Isabel se aproxima la profesora Bel Bravo a través de un sustancioso comentario de su testamento, en el que defiende que no fue antisemita a pesar de promover la expulsión de los judíos durante su reinado; también hay acertadas referencias a la Inquisición, una institución muy difícil de entender fuera del contexto de su época.

De Catalina de Aragón, casada con Enrique VIII de Inglaterra, subraya su esmerada educación que supo transmitir a su hija María Tudor, y su actuación como embajadora de sus padres en Londres y su amistad con humanistas.

Sobre Isabel Clara Eugenia destaca su difícil misión como gobernadora de los Países Bajos y la estudia a través de la correspondencia con su padre.

Además de acercar al lector a estas mujeres influyentes en su ambiente, la autora analiza las aportaciones sobre lo femenino de Castiglione, Erasmo, Vives y Fray Luis de León, Maquiavelo, o de autores posteriores como Hobbes y Malthus.

Es un libro recomendable para especialistas en historia moderna e interesados en historia de las mujeres; además es éste un libro bien escrito en el que aparato crítico, situado a final de cada capítulo, hace la lectura más ágil.

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