Manuel Pimentel (Sevilla, 1961) fue ministro de Trabajo en el gobierno de España. Tras abandonar la política, centró sus actividades profesionales en torno a la industria del libro, primero como escritor de ficción y de ensayos y ahora como presidente de la editorial Almuzara, que fundó en 2004. Es verdad que no lleva mucho tiempo en este gremio y no cuenta, por tanto, con la experiencia de otros editores españoles como Mario Muchnik, Jorge Herralde, Esther Tusquets o Rafael Borràs, que han descrito en sus memorias las vicisitudes de su trabajo. Sin embargo, Pimentel, a diferencia de esos otros, no habla en este libro “ni de literatura ni de vendettas entre facciones literarias, ni de intimidades de premios y vanidades”.
Su objetivo es menos biográfico y más empresarial: “Comprender cómo funciona una editorial y proporcionar algunas herramientas para sobrevivir en un mundo en el que la complejidad va en parejo a su belleza”. Pimentel parte de la idea de que las editoriales son empresas, aunque reconoce que no son como las demás, pues la edición “es algo mucho más complejo, que aúna el proyecto cultural y la búsqueda de belleza y coherencia con los requerimientos propios de cualquier empresa”.
En primer lugar, aborda la figura del editor, que él prefiere analizar desde la perspectiva de gestor empresarial, aunque una y otra vez insista en la idea de que “el valor añadido de la editorial no es el económico”. Muy interesante resulta su aproximación a las principales tendencias del mercado editorial actual, como la concentración en grandes grupos, el incremento en el ritmo de las devoluciones, el auge de la edición de libros de bolsillo, la obsesión por el best seller para salvar las cuentas, los altos anticipos, la revolución tecnológica, los lanzamientos multimedia, etc.; cuestiones todas que están afectando de lleno a la industria editorial.
El libro está concebido como un manual para aspirantes a editores y el autor ha estructurado el contenido de una manera práctica. Por eso, los siguientes capítulos están dedicados a aspectos más bien empresariales, como las funciones y oficios imprescindibles en la editorial actual, todo lo relacionado con la gestión de derechos, las traducciones, la gestión económica del libro, cómo se calcula el precio de venta al público, diferentes variantes que influyen en los costes del negocio, etc. También reflexiona sobre otro tipo de cuestiones que determinan la viabilidad de la empresa editorial, como las relaciones entre los autores y los editores, el papel cada vez más activo de los agentes literarios, el futuro de las distribuidoras y de las librerías.
Otro tema del que habla Pimentel es el futuro. No tiene ningún miedo a las nuevas tecnologías, que por lo menos a medio plazo no parece que vayan a provocar grandes cambios en el sector editorial. Conviene tener en cuenta las tendencias que anota: “combinar lo global con lo local”, “la editorial como agitador y gestor cultural”, Internet y las nuevas redes de distribución, “las librerías reforzarán su papel de dinamizadores culturales y centros de ocio”…
Es este, pues, un libro eminentemente práctico que explica muy bien todos los mecanismos relacionados con la actividad editorial, tanto desde la perspectiva literaria como desde la empresarial.