Estudiar la injusticia como lo hace Judith Shklar (1928-1992) resulta tan claro, sugerente e incitador al pensamiento que su libro merece ser leído. Desde Aristóteles se ha definido claramente en qué consiste la justicia, pero la experiencia de la injusticia resulta mucho más habitual e hiriente que su contrario. Dirimir si las aflicciones de los demás provienen de la desgracia, de la desventura o de la injusticia no siempre es fácil ni posible si no se adopta el punto de
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