Espasa Calpe. Madrid (2003). 187 págs. 17 €.
Ramón Pernas ensaya en este libro una ficción autobiográfica, con la originalidad de que el protagonista logra retratarse a sí mismo a través del retrato de quienes le rodean. La historia arranca en una comida de Navidad y se va ensanchando en el tiempo y en el espacio, hacia el recuerdo de otras Navidades, recuperando la juventud y la infancia perdidas del protagonista. El procedimiento está próximo al impresionismo y la asociación de ideas, y en el conjunto se entretejen pensamientos y sensaciones, imágenes de la muerte, del sueño, del paso del tiempo, que se suceden sin transiciones bruscas en un tono equidistante entre el pesimismo y la melancolía.
El narrador declara en el primer capítulo su intención de no escribir un diario sino de levantar unas actas, de intentar verse desde fuera, con una aspiración a la objetividad que le permita comprender cómo ha llegado a ser quien es. El tema de la literatura sobre literatura está muy presente en el libro. El hilo conductor es la intención del narrador de colocar a los protagonistas en el momento y lugar precisos, en una sucesión que pueda resultar significativa para juzgar cómo ha vivido su vida. Aunque bien escrito, el libro se va diluyendo hacia el final en pasajes confusos, marcados por el pesimismo existencial del escritor de las actas, y se acaba enmarañando por completo en las últimas páginas, con una vuelta de tuerca que supuestamente obliga al lector a mirar de otra manera la historia, pero que resulta innecesaria por no estar bien imbricada en la trama.
Esther de Prado Francia
