Grijalbo. Barcelona (2005). 21 €. 602 págs. Traducción: Silvia Alemany Vilalta.
Henry es un bibliotecario de Chicago que padece cronoafección, una enfermedad desconocida que le impulsa a trasladarse en el tiempo. Su mujer, Clare, sufre las ausencias repentinas de Henry sin poder seguirle ni saber cuándo volverá. Escrito en forma de diario, el libro alterna el punto de vista de ambos personajes, saltando hacia atrás y hacia delante en los años de su vida en común.
La insólita enfermedad de Henry, que tiene un gran potencial como arranque de la historia, habría dado mejores frutos si la autora hubiese desarrollado su idea inicial en cualquier otra dirección. El problema es que la originalidad del libro se agota en el punto de partida. Después de la sorpresa inicial, la historia de los protagonistas avanza a través de pasajes repetitivos, sin brillo o decididamente cursis, y la novela se limita a mezclar ingredientes para garantizar una lectura asequible al mínimo esfuerzo: romance, cierta intriga, diálogos tópicos, conceptos simples y un desmesurado número de páginas.
El «marketing» y el factor imprevisible que determina que un libro como éste se llene de polvo en las librerías o se convierta en un superventas ha sonreído a la estadounidense Audrey Niffenegger. Tras figurar durante dos años en la lista de las novelas más vendidas en Estados Unidos ya hay productoras interesadas en su adaptación al cine.
Esther de Prado Francia