Tecnos. Madrid (1998). 244 págs. 1.900 ptas.
La moda, uno de los temas estrella en los medios de comunicación, que arrastra tras de sí una potente industria, se examina en esta obra con la minuciosidad del trabajo científico. A partir de su tesis doctoral, Ana Martínez Barreiro presenta una breve enciclopedia de la moda, donde se cita a todo aquel estudioso o estudiosa que alguna vez dijo algo sobre ella, ya sea desde la historia, las teorías socioeconómicas, la filosofía o, sobre todo, la psicología.
Al bucear Martínez Barreiro en el pasado, un hecho atrae su atención: la aparición del amor cortés en el siglo XI y la revolución estética que pone en marcha; de ahí arranca el origen del actual sistema de la moda. También en esa época se perfila uno de los elementos más polémicos de la moda: el afán por deslumbrar y sorprender, que sigue estando en la base de muchas de las colecciones que discurren por la pasarela cada temporada.
Una lectura especial merece el capítulo dedicado al pudor, que contiene el mensaje nuclear de este libro -la moda como reclamo sexual-, y que la autora convierte en un sugestivo subtítulo: mirar y hacerse mirar. La relación entre la necesidad de adorno, de pudor y de protección se aborda aquí desde el psicoanálisis, con lo que el alcance de muchas de las conclusiones tiene ese carácter incontrastable que caracteriza a los seguidores de Freud. En opinión de la autora, el diseñador, la modista, el moralista y el historiador, cuando se interesan por el vestido, persiguen un mismo fin: estimular el interés, la atracción de los admiradores del sexo opuesto. Ante un marco tan estrecho difícilmente cabe cualquier otro motivo artístico, social o cultural en el trabajo de tantas personas, que aquí sólo parece tener puntos de contacto con el exhibicionismo.
Martínez Barreiro analiza la evolución de la moda durante el último siglo. Para ella, más que de moda, habría que hablar de estilo, que con cierta periodicidad admite variaciones en la forma, los adornos y los colores. Desde este prisma, se entiende el triunfo del jean, que a pesar de facilitar una apariencia uniforme, se convierte en una manifestación de la cultura individualista. La segunda etapa de esa cultura acaba de inaugurarse ahora y sólo estamos dando los primeros pasos en la denominada moda opcional o a la carta.
M. Ángeles Burguera