Los ciudadanos desconfían de los políticos profesionales, sometidos a un vertiginoso proceso de desgaste; pero el descrédito cae también sobre las instituciones de los estados de derecho. La elevada abstención electoral revela que la gente tiene poca fe en el poder de su voto. Ante este panorama, perfilado por Pierre Rosanvallon, se impone pensar sobre la justificación racional de la política. Rosanvallon se ha dedicado durante años al análisis de la democracia y conoce tanto su historia como sus corruptelas;
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