La fragilidad de los hombres. La enfermedad, la filosofía y la muerte

Ediciones Cristiandad. Madrid (2008). 205 págs. 17,60 €.

Desde el principio de la filosofía se ha dicho que la filosofía enseña a morir, lo que implica aprender a vivir, a ser hombre. Ocho filósofos dan vida a un libro colectivo, de singular unidad, sobre el cuidado, el dolor, el alivio del dolor, la enfermedad y la muerte. Nicolás Grimaldi reflexiona sobre el quehacer médico, que es un trabajo de especial significación, porque “da otra vez la vida”. Higinio Marín trata del cuidado, del atender al otro, que da sentido a la propia vida. Xavier Escribano reflexiona sobre el sentido del cuerpo humano y la mirada médica sobre él. Y ése es el tema también del artículo de Daniel Innerarity, la enfermedad como metáfora de la condición humana.

Teresa Imízcoz trata de las relaciones entre literatura y enfermedad, con ejemplos desde Kafka a hoy. Enrique Anrubia trata directamente del dolor, del consuelo y del silencio. Y el libro termina con una reflexión de César G. Cantón sobre lo que los filósofos han dicho la muerte como término de un camino que luego sigue o como fin definitivo.

El tono general del libro es asequible a un público general, pero parece especialmente indicado para quienes tengan que ver, de algún modo, con el cuidado de los otros, sobre todo de los enfermos, es decir, para toda la profesión de medicina. No vendría mal, tampoco, tener en cuenta estas importantes aportaciones en los cursos de enfermería. Se trata aquí del cuerpo, de la enfermedad, del cuidado, del consuelo y de la muerte desde una perspectiva profunda, bien fundada y llena de sugerencias.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.