Hans Christian von Baeyer (Alemania, 1938), profesor emérito de física en el College of William and Mary de Virginia (Estados Unidos) y experto en física cuántica, ha recibido varios premios, como el Science Journalism Award o el Andrew Gemant Award que valoran su papel como divulgador científico.
En La física cuántica del futuro propone un recorrido por algunos experimentos para poner de relieve los efectos propios de la mecánica cuántica. Así, el lector puede situarse ante una realidad de la que en su mundo habitual no tiene experiencia, y que solo se produce a escala atómica. Gracias a ello, puede comprender mejor la segunda parte del libro, a la que se refiere el subtítulo: El qbismo y la nueva interpretación de la realidad.
La mecánica cuántica, afirma Baeyer, se ha dedicado fundamentalmente a realizar cálculos y a contrastar sus predicciones experimentalmente. Ahora bien, como la interpretación de estos fenómenos extraños nos lleva a explicaciones de la realidad extraordinariamente sorprendentes, los científicos se han limitado a constatar la exactitud de los cálculos.
Se han propuesto, sin embargo, algunas hipótesis sobre cómo podría ser esa realidad tan extraña y ajena al mundo macroscópico. En el libro se explican escuetamente varias de ellas, pero se profundiza en el QBismo, que abandona el cálculo de frecuencias probabilístico a favor del modelo bayesiano, en el que la probabilidad de un suceso se hace depender de su historia. El autor dedica la segunda parte de su ensayo, la más original, a la explicación con detalle de esta concepción.
Según esta interpretación, la probabilidad de encontrar una partícula subatómica en una región del espacio no constituye una cuestión de mero cálculo, sino que también está condicionada por la creencia del observador de encontrarla allí, por lo que se produciría una imbricación entre el cálculo matemático puramente formal y la realidad psicológica. Este pensamiento hace que el QBismo sea una interpretación cuántica altamente relacionada con la concepción filosófica de la realidad.
El texto es ameno y aunque permite una lectura superficial, comprenderlo en profundidad requiere algunos conocimientos de física cuántica. Además de quienes tengan interés en la ciencia, pueden aprovechar su lectura los aficionados a la filosofía de la naturaleza.