Anagrama. Madrid (2005). 415 págs. 19,50 €. Traducción: Cecilia Ceriani.
Esta primera novela de Justine Hardy está ambientada en Cachemira, territorio disputado entre la India y Pakistán.
Gracie Singh es una anciana mujer inglesa, que rodeada del cariño de Suriya y su bella hija Lila, vive en una casa flotante que se ha hecho construir a orillas del lago Nagin, después de perder a su marido. La aburrida vida de Gracie se ve agradablemente interrumpida por Hal, un periodista inglés que ha viajado a Cachemira y se alojará en la Casa de las Maravillas con la intención de entrevistarla, como testigo de los cambios que sufre Cachemira. La relación entre los dos se convierte rápidamente en amistad. Pero además Hal sentirá una fuerte atracción por Lila. Poco a poco la Casa de las Maravillas se convierte en un lugar donde fluyen el amor, las creencias, la amistad, el odio, el deseo. Dará lugar a historias bellas, curiosas, crudas
La novela cuenta con calma estas relaciones entre unos y otros. En algunos momentos el ritmo es extremadamente lento. Sin embargo, es disculpable por el esfuerzo de la autora por construir varios mundos intimistas, prácticamente uno por cada personaje, aunque todos giran alrededor de Gracie. En algunos pasajes decae el interés, que se suple por una fuerte carga sensual, como por ejemplo en la relación Hal-Lila, que no se termina de comprender si es puramente sexual o por el contrario hay un verdadero enamoramiento, algo más que mera atracción física, y también en la atormentada y escabrosa vida de Irfan, el hermano de Lila.
Otro aspecto interesante de la novela es su valor documental sobre una zona azotada por el odio y la guerra. La autora, que vivió y fue reportera en Cachemira durante años, muestra las causas del conflicto, haciendo especial hincapié en las religiosas y culturales.
José María Fernández Fuentes