Gaudí. Biografía de l’artista

Proa. Barcelona (1999). 262 pág. 2.900 ptas.

GÉNERO,

Años antes de que su arquitectura despertara el interés del mundo entero, Antoni Gaudí (1852-1926) se vio obligado a recorrer las calles de Barcelona vestido con harapos en busca de algún donativo para continuar la Sagrada Familia; sus obras fueron crudamente ridiculizadas en las revistas cómicas de la época, y algunos de sus mecenas no dudaron en abandonarle, incapaces de comprender su trabajo. Sin embargo, las contradicciones por las que tuvo que pasar han quedado eclipsadas por la genialidad de su obra, hasta el punto de que el mismo autor a menudo nos es desconocido.

La publicación de esta biografía en catalán puede dar a conocer la figura de Gaudí a un público amplio. Desde la obtención del título de arquitecto hasta su muerte en un hospital pobre de la ciudad, la vida de Gaudí se resume en una dedicación cada vez más intensa a la que será su obra maestra, la Sagrada Familia. Y esta es, a grandes rasgos, la odisea que Josep Maria Tarragona describe mediante la concatenación de anécdotas y la dosificada descripción de los edificios diseñados por la mano del arquitecto.

Sorprende encontrarse un retrato social tan completo en un libro de estas características: con el escenario central en la Sagrada Familia y el punto de mira en Gaudí, el texto supera la simple biografía y constituye una auténtica crónica de la Barcelona de finales del XIX y primer cuarto del XX, época dorada de la cultura y el arte de Cataluña. Las visitas de personajes como Alfonso XIII, Unamuno o Joan Maragall al Templo dan pie a descubrir el verdadero significado de cada uno de los elementos de la arquitectura de Gaudí. De este modo se comprende que la extraña belleza de sus obras, basada en las líneas curvas y las superficies irregulares, queda ampliamente superada por una riqueza conceptual -religiosa, mítica, histórica…- que las convierte en indiscutible genialidad.

Tarragona construye esta biografía casi como un anecdotario, donde los episodios se suceden más o menos cronológicamente y tejen un retrato de la sociedad al estilo de los impresionistas. Esta técnica confiere al texto un dinamismo poco frecuente en los relatos biográficos y, aunque en algunos momentos pueda disminuir la claridad, sirve para plasmar la talla humana y la personalidad del arquitecto en las diferentes situaciones a las que se enfrentó. En definitiva, el autor aprovecha aquellos ingredientes que le valieron una buena acogida para su anterior libro, Vidal i Barraquer. De la república al franquisme, como son el estilo llano y cuidado, el rigor al tratar una época compleja y pasional, el respeto y la simpatía hacia el biografiado y la reconstrucción de su vida a través de una premeditada sucesión de anécdotas.

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