Desafiado por una frase de Tolstói –“las novelas terminan cuando el héroe y la heroína se casan”–, el protagonista de esta obra, Peter Marbury, abogado como el autor, apacible marido y padre de cuatro hijas, no está de acuerdo y piensa que su vida anodina también puede ser una novela. Y ese es el objetivo de este semidiario: explotar literariamente el acontecer cotidiano.
Para ello, el señor Marbury, ayudado por su afición a los libros, se lanza a mirar, sentir y vivir las escenas habituales y normales de su vida para, acechándolas, sacarles el máximo partido. Y así, de tímido y atento espectador, va pasando a explorador experto para finalmente descubrir una ciudad secreta en su propia vida, de la que va dejando puntualmente constancia en las breves escenas con las que resume el trabajo, la relación con su mujer Telma y sus cuatro hijas, sus numerosos amigos, sus vecinos…
Los personajes que entran en escena aportan a Marbury un catálogo de situaciones y caracteres que le sirven para acercarse a todos ellos con asombro y cariño, y con un denodado esfuerzo por comprenderlos. El protagonista emprende así un itinerario vital que cambia y engrandece las perspectivas.
A medida que la historia y los capítulos avanzan, vemos a un protagonista que, ya entrenado, domina cada vez mejor la pista de sus días. Cuando descubre que contar su vida aparentemente gris no es un disparate, los trazos de su escritura se van haciendo más precisos. Ante la belleza que le rodea –que antes de aceptar el desafío de Tolstói apenas había advertido– el señor Marbury aprende a mirar con más sensibilidad e intensidad, apreciando los matices y la variada riqueza de la realidad.
Alfonso Paredes (Oviedo, 1976) se estrena con una novela de autoficción que usa la forma del diario en tercera persona y que tiene tintes soportablemente anglosajones: la novela transcurre en la ciudad de Somerset, en un entorno semirrural y acogedor. Con esta novela, que tuvo su origen como blog y que ya anteriormente fue publicada en una pequeña editorial local, Paredes ha escrito un manual de supervivencia que puede servir a todos aquellos que aspiran a tomar los mandos de la propia vida y no quedar a la deriva. Una novela sencilla que retrata “una vida hecha de personas (rostros, miradas y voces), no de cosas”