Este estudio intenta demostrar que los países ricos con mayores desigualdades son también los que están peor en términos de felicidad y de calidad de vida. O, en sentido positivo, que haciéndonos todos un poco más iguales -en las condiciones de vida, cultura, educación, etc.- nos iría mucho mejor en todo lo demás. Empezando por un sentido de la vida más generoso y menos egoísta. Es una tesis que se puede admitir, sin más, porque es razonable y roza incluso
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