Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos

Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos

EDITORIAL

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2023)

Nº PÁGINAS400 págs.

PRECIO PAPEL15,50 €

PRECIO DIGITAL10,99 €

GÉNERO

“Hay un arroyo, del que todos estamos bebiendo y del que hemos estado dando de beber a nuestros hijos. Resulta que el arroyo está contaminado. Lo sabemos los profesionales de la salud”. Así arranca el libro de Francisco Villar Cabeza, psicólogo clínico del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), donde es coordinador del Programa de Atención a la Conducta Suicida del Menor.

El arroyo contaminado y perjudicial para la salud de los más jóvenes del que se habla es el universo digital. Con este libro y sus intervenciones en los medios de comunicación, el doctor Villar se ha convertido en uno de los referentes en el debate sobre el acceso a las pantallas por parte de los niños y jóvenes. Y, en base a su experiencia clínica y a la evidencia científica más reciente, hace un demoledor diagnóstico sobre el impacto de la tecnología digital en los niños. Afortunadamente, lo acompaña de una propuesta de tratamiento de sencilla aplicación y eficacia asegurada: prohibir a los menores de 16 años el acceso a esta tecnología.

Villar recoge un buen número de pruebas sobre los efectos de las pantallas en los niños: dificultan tanto su desarrollo neuromotor como sus capacidades para relacionarse y gestionar las emociones; impiden la concentración por su potencial distractor; hurtan tiempo a la vida familiar, erosionando la capacidad protectora que tiene para los niños; son un factor de riesgo para muchas enfermedades; ponen a su alcance y de forma permanente los contenidos más aberrantes (violencia, pornografía, información tóxica o errónea que induce a prácticas peligrosas, etc.); multiplica el efecto del acoso al hacerlo posible las 24 horas del día; incitan a una actividad sexual precoz y carente de sentido…

Villar señala que, a pesar del consenso creciente acerca de los males de poner pantallas al alcance de los niños, hasta ahora no se han tomado muchas medidas para revertir esa situación por el arraigo que tienen ciertas falacias en la opinión pública, como que el destino inexorable de los niños es familiarizarse con las pantallas; que son muchas las causas de los males mencionados y no tiene sentido fijarse solo en una de ellas; o que el impacto global de las pantallas en los niños es positivo y que los riesgos a los que quedan expuestos se pueden controlar.

Frente a estos planteamientos, no exentos de ingenuidad o cinismo, la propuesta de Villar de bloquear hasta los 16 años el acceso a las pantallas está cogiendo vuelo en muchos países y también en España. Para él, “en la infancia y en la adolescencia, la desconexión es la única forma de estar realmente conectado”.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.