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Arte poética. Seis conferencias

Jorge Luis Borges

GÉNERO

Crítica. Barcelona (2001). 181 págs. 2.300 ptas.Traducción del inglés de Justo Navarro.

Jorge Luis Borges pronunció en la Universidad de Harvard seis conferencias en inglés, sobre poesía, en el otoño de 1967. C.A. Mihailescu se ha ocupado de rescatarlas del olvido y publicarlas.

La primera, El enigma de la poesía, es una introducción a todo el ciclo y versa sobre la naturaleza de la poesía. La segunda es La metáfora, en la que dice que a través de los siglos las metáforas pueden reducirse a doce «afinidades esenciales». Las ideadas por el asombro -afirma- son efímeras. El arte de contar historias está dedicada al olvido actual de la épica y a la muerte de la novela, reflejo -dice- de la condición humana contemporánea. En La música de las palabras y la traducción expone su experiencia personal. La quinta, Pensamiento y poesía, fue sobre la naturaleza de la literatura: «Borges sostiene -dice Mihailescu- que la verdad mágica y musical es más fuerte que las equilibradas ficciones de la razón. En poesía el significado es un fetiche». Y la sexta conferencia, Credo de poeta, es una especie de testamento literario.

De las palabras de Borges se desprende que en su obra y en su apreciación de la literatura y la poesía, no hay ontología, no hay ser, no hay más naturaleza que la figura exterior, lo que en su eufemístico vocabulario llama verdad mágica.

Así lo señala también Pere Gimferrer en el prólogo con guante de terciopelo: «… parte de la atracción de Borges reside en su capacidad para sugerir, poco más que alusivamente, implicaciones metafísicas; nos sobrecogen a veces, pero no es del todo seguro que, aunque son fruto de una actitud más seria, tengan siempre en el texto un papel mucho mayor que el otorgado por Valéry a la filosofía al afirmar que había querido tomar de ella sólo un poco de su color». Pero el estilo, por un lado, y la alusión metafísica, por otro, enmascaran a veces parcialmente el núcleo del verdadero Borges: su profunda capacidad de identificarse con la esencia de la literatura, entendiendo por tal aquello que hace que una determinada combinación de palabras o de sintagmas adquiera la entidad de un objeto verbal irrefutable.

O sea: la literatura no tiene más realidad que la del texto. Es algo del todo inmanente a la página en que está escrita. Pues no hay significado. La verdad de la literatura es mágica -según Borges-, lo cual quiere decir que parece pero no es: no es verdad, no es belleza. Es una apariencia, un ídolo. Pero, además, hace gala Borges de una incultura religiosa y escriturística vergonzosas en un escritor que, como él, se las da de universalmente culto.

El lector se encontrará al leer las conferencias con un recital de erudiciones, parsimoniosamente expuesto, con abundantes citas hechas de memoria, a veces no exactas. Hecha esa grave salvedad de la engañosa superficialidad de Borges, quizá el lector pueda enriquecerse en algún punto por su vasta erudición.

Pedro Antonio Urbina

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