Un joven policía que ha sido apresado tras cometer un asesinato en plena calle, asegura en el interrogatorio que forma parte de una trama criminal dentro de la policía. La investigación del posible caso de corrupción se confía a un miembro de Asuntos Internos del cuerpo, Izzy Bachar, que está a punto de jubilarse, junto con la joven policía Tal Ben Harush, quien había apresado al asesino.
Entre los responsables de esta serie destacan Yoav Gross y Roy Iddan –guionista de la excelente serie Teherán–, y el director Alon Zingman, conocido sobre todo como realizador de Shtisel (2013-2021), una de las primeras ficciones israelíes de gran éxito de crítica y público en todo el mundo, que hasta hace unos meses podía verse en Netflix.
Manayek convence porque ajusta el suspense y el ritmo, con un desarrollo de la trama que se caracteriza por clarificar al espectador un entramado muy complejo. La serie, además, hace hincapié en las relaciones personales de Izzy dentro de la estructura policial, que le obligan a tener que investigar y custodiar la intimidad de personas muy cercanas que comparten su profesión, como Barak Harel, su antiguo alumno y principal amigo, o su esposa Eti. Estos conflictos interiores se refuerzan gracias al brillante nivel interpretativo de todo el reparto, que consigue dotar a cada personaje de un arco dramático desarrollado con matices, contrapuntos y veracidad.
Manayek, que acaba de estrenar en España su segunda temporada, se ha convertido en una de las ficciones israelíes más internacionales, con una difusión en más de 20 países de los cinco continentes.
