Dos años después del caos provocado por M3GAN, Gema sigue atormentada por la culpa. La inteligencia artificial que programó como compañera de la ahora adolescente sobrina Cady afectó tanto a su entorno personal como profesional. Marcada por el trauma, Gema canaliza su experiencia en un intento por legislar el desarrollo ético de la IA. Sin embargo, su plan se ve puesto a prueba cuando AMELIA, una nueva IA con capacidades insuperables, se vuelve contra sus propios creadores y los elimina cruelmente. Entonces Gema rediseña un modelo optimizado de M3GAN, esta vez con el fin de frenar la amenaza que representa AMELIA para la humanidad.
El filme destila una estética futurista vibrante, con un diseño visual y sonoro que adentran al espectador en un mundo digitalizado sin precedentes. Las secuencias de acción, vertiginosas y bien coreografiadas, mantienen un ritmo ágil. Tanto AMELIA como la renovada M3GAN destacan por sus impresionantes capacidades, que evocan la amenaza tecnológica de Terminator y la inteligencia retorcida de Chucky, aunque con un toque más estilizado. Sin embargo, bajo esa capa de espectáculo, subyace un guion superficial y predecible, que no profundiza en los dilemas éticos ni emocionales que plantea. Aunque toca temas como los peligros del avance digital desatado, estos quedan relegados. Al final, se evidencia un pobre desarrollo de los personajes que evita reflexionar en temas como la importancia de los vínculos humanos, la ilusión de libertad en las máquinas o los verdaderos límites morales en una sociedad hiperdigitalizada.