Ibrahim vive en Madrid con su mujer embarazada a punto de dar luz, cuando es deportado a Guinea por no tener permiso de residencia. El salto de la valla de Melilla será la única manera de volver a entrar en España y recuperar a su familia, pero este paso en su vida supone un cambio demasiado peligroso.
“Lo primero es poner a esos migrantes nombres, no quedarnos ni en las estadísticas ni los números”, dice Benito Zambrano, director de esta película, en una entrevista en
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.